A sus 18 años dejó la Patagonia para estudiar Ciencias Sociales y Teología en Santiago. Hoy, con un máster en Estudios Teológicos en Estados Unidos y viviendo en una comunidad del movimiento Catholic Worker, trabaja con personas en situación de calle y promueve la causa de canonización de Dorothy Day. Su meta es clara: regresar a Magallanes y aplicar todo lo aprendido.

A los 18 años, como tantos magallánicos -incluidos sus padres-, Magdalena Muñoz Pizzulic se fue a estudiar “al norte”. Exalumna del Liceo María Auxiliadora de Punta Arenas, primero estudió una Licenciatura en Ciencias Sociales en la Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, para posteriormente cursar la carrera de Teología en la misma casa de estudios. Durante estos nueve años en la capital, participó en diversos grupos eclesiales vinculados con causas sociales.

La combinación de las Ciencias Sociales con el acercamiento a los rostros más duros de la pobreza e injusticia fueron clave para interesarse en el ámbito de la teología, especialmente en la Doctrina Social de la Iglesia. Desde pequeña, influenciada por su entorno familiar -especialmente por su abuelo Marino Muñoz Lagos- desarrolló interés en la política y ahora se veía en la encrucijada de vincular su fe con la responsabilidad social. En la carrera de Teología fue ayudante de diversos ramos desarrollando un particular interés por la teología moral.

Una vez titulada regresa a la Patagonia sin una visión clara de su futuro. Es allí que se entera de un amigo muy cercano que está postulando a diferentes programas en Estados Unidos. Sin pensarlo mucho decide enviar una sola postulación -el mismo día en que se cumplía el plazo- al Máster en Estudios Teológicos en la Universidad de Notre Dame, número 1 en el ranking mundial de departamentos de teología, donde fue una de los 20 estudiantes aceptados con beca completa.

Magdalena se muda a South Bend, Indiana, en agosto del 2022 para comenzar sus estudios. Si bien siempre fue consciente de lo lejos que está la Patagonia del resto del mundo (aunque ella prefiere decir que el resto del mundo está lejos de la Patagonia), no fue hasta este viaje de más de 30 horas que experimentó la verdadera lejanía, acentuada al percatarse que en todos los eventos latinos generalmente el menú sería “tacos” y que los “asados” eran hamburguesas a la parrilla. Prontamente se resignó a que en los supermercados latinos nunca encontraría manjar, yerba mate o cordero (pero sí encontró Fernet). 

En su tercer semestre toma una clase dictada por la Dra. Casey Mullaney sobre Dorothy Day, cofundadora del movimiento laico “Catholic Worker”. Estudiando su vida aprende una nueva forma de activismo católico radical, fundado en las obras de misericordia, la pobreza voluntaria y el pacifismo desde una perspectiva cristiano-anarquista. Motivada por su ejemplo y compromiso político-social, comienza a ir de voluntaria todos los miércoles a lavar  loza después de la cena que se ofrece a la gente en situación de calle; esta experiencia le permite ver un rostro poco conocido de los Estados Unidos: el de la pobreza. Una pobreza muchísimo más cruel que cualquiera que haya visto en Chile, donde existe un abandono absoluto por parte del Estado y la sociedad en su conjunto, donde familias completas viven en sus autos sin acceso a salud, guardería ni derechos laborales.


La magallánica vive en una comunidad laica junto a personas indigentes, promoviendo la pobreza voluntaria, la solidaridad radical y el activismo cristiano.

Al terminar el Magíster, se muda a la comunidad St Peter Claver, del Catholic Worker donde lleva viviendo más de un año. Las tres casas se componen de voluntarios y personas indigentes que comparten el día a día como una familia, viviendo la pobreza voluntaria y cuidándose unos a otros. La comunidad tiene un centro de acogida llamado “Our Lady of the Road” donde ofrecen desayuno, duchas, lavandería, despensa, ropero y asistencia social a más de 100 personas por día los viernes, sábados y domingos; Magdalena está a cargo del turno de los domingos. También tienen el proyecto “Motels4Now”, único albergue sin barreras en el estado de Indiana con una política de “Housing First”, es decir, se recibe a la gente tal y como se encuentra (muchas veces enfermos, con adicciones, abandonados por el sistema), se les da techo y luego se trabaja en su recuperación y reubicación. 

Actualmente, Magdalena trabaja con un programa del gobierno federal para asistir a familias con niños a mantenerse en sus hogares o a ser reubicados en caso de encontrarse en situación de calle.

Además de su trabajo en obras sociales, colabora con “The Dorothy Day Guild”, grupo que promueve la causa de canonización de Dorothy Day. Allí traduce artículos, conduce un club de lectura (el primero en español) y cataloga publicaciones bilingües de diversas comunidades del Catholic Worker.

Cuando es consultada por su futuro, la única certeza de la magallánica es que sin duda alguna quiere regresar a su Patagonia a aplicar todo lo aprendido en esta experiencia; mientras tanto, se dedica a enseñar a los “gringos” el español magallánico, las diferencias entre llamas y guanacos y las infinitas bondades de su amada tierra.

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