COLÁGENO

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Cecilia Saa

Cecilia Saa

Sorpresivamente la juventud se presentó en dosis generosas invitándome al desenfado y goce. Planifiqué el encuentro esperando robar colágeno en cantidades suficientes para dibujar una sonrisa diaria, rebosante de suspiros inesperados. Con un galope presuroso y movimientos sincronizados desprovistos de errores, conectamos en forma rápida, mezclando la exploración meditada con la agitación excesiva. Entre sábanas enrolladas o mesas algo cojas, me dejé llevar por una aventura colmada de caricias espontáneas. Renuncié a mis pudorosas capas y repetí la proeza corporal hasta el cansancio. Su cuerpo joven y mi piel experimentada, sus ganas de ser pupilo y las mías de ser maestra, la fusión perfecta para transitar radiante y liviana, dejando atrás las flaquezas pasadas que abrazan las nuevas formas que hoy emergen en mi madurez.