Margarita Vargas, coordinadora de la Consulta Indígena, “Queremos que los pueblos indígenas sean consultados y sus acuerdos sean materializados en la Constitución”

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La constituyente por el escaño reservado del pueblo kawésqar está entusiasmada con el citado proceso, el cual -remarca- debe ser llevado a los territorios y no ser un mero saludo a la bandera.

 

 

En la que puede ser una de las últimas semanas distritales de los próximos meses por el arduo trabajo que les espera, la constituyente Margarita Vargas estuvo en la zona hace unos días, tiempo que aprovechó para reunirse con las comunidades kawésqar para dar cuenta del trabajo que ha realizado al interior de la Convención Constitucional.

Ahora, como coordinadora de la Consulta Indígena, está abocada a que este proceso sea efectivo y permita que las demandas y derechos de estas colectividades puedan quedar plasmados en el nuevo texto constitucional.

– ¿Cuál es la evaluación que hace del proceso de instalación y del trabajo de los primeros meses que ha sido, por un lado, cuestionado, pero también valorado por la ciudadanía?

– “Positivo. En el sentido que, en un tiempo récord, hicimos todo el trabajo colectivo para instalar la Convención Constitucional, partiendo de que no teníamos reglamento. También se elaboraron los reglamentos de ética y de las distintas comisiones. Principalmente, nosotros entregamos en un plazo también establecido en el cronograma general el reglamento de la Consulta Indígena, en el mes de octubre. Desde ese punto de vista, yo lo evalúo como positivo, pero sí con algunas dificultades que es importante que se puedan considerar a futuro, cuando se haga una evaluación general del resultado final: lo poco que facilitó el gobierno el proceso. Fue un gobierno un poco ausente y nos costó obtener los recursos para los gastos adicionales, los reembolsos son demasiado lentos. Faltó que el gobierno nos apoyara en el trabajo convencional, pues sin recursos uno no puede hacer nada”.

– Usted y otros 16 convencionales integran la Convención gracias a los escaños reservados para los pueblos originarios. Desde tal perspectiva, ¿qué se ha podido avanzar respecto de las demandas y los derechos indígenas en relación a las propuestas de articulado de la Constitución?

– “En primer lugar, se avanzó en la articulación de los escaños reservados considerando que somos representantes de los distintos pueblos originarios. Eso fue en la fase de cohesión de los distintos escaños como colectivo…”.

– ¿Fue difícil esa articulación?

– “Al principio, no porque llegamos con mucha motivación de poder conocernos, porque sólo nos conocíamos a través de encuentros por plataformas. Pero fue distinto conocerse físicamente y nos recibimos todos de forma muy afectiva. Pero, después, como todo grupo, se comenzó a funcionar respecto de la forma de trabajar y se generaron subgrupos, lo que era natural. Ahora hay dos grupos, en que estamos divididos, pero con el interés de trabajar y cada uno tiene intereses distintos en cuanto a intereses territoriales, culturales, también intereses políticos, porque no vamos a dejar de lado que aquí hay intervención política”.

-Para los que seguimos de afuera el trabajo, ¿eso quedó en evidencia en la renovación de la mesa directiva?

– “Sí, efectivamente. Es una nueva forma de gobernanza política que se está dando en la Convención Constitucional, en el sentido que no se está eligiendo a los representantes con una institucionalidad política detrás. Se está cambiando este paradigma de los cargos y quienes los ocupan, que son ocupados por independientes o personas que tienen juventud o un trabajo territorial ya definido, como es el caso de María Elisa y Gaspar Domínguez. A mí eso me parece positivo. Estábamos acostumbrados a que todo viniera ya precocinado o con preacuerdos. Pero, en este caso se dio un fenómeno particular y lo destaco porque no se están repitiendo las caras o las tendencias políticas o los colectivos que inicialmente articularon el trabajo. Esa articulación que se dio no funcionó”.

– ¿El hecho de que usted y Lidia González hayan votado diferente significa que están divididas?

“No es que estemos divididas. Partamos de la premisa de que el pueblo yagán y el pueblo kawésqar, si bien somos pueblos de la Patagonia y de la región de Magallanes, nos separa la cultura, la cosmovisión y el territorio también. En el caso del pueblo yagán es una comunidad un poco más pequeña. Nosotros tenemos una instalación territorial de las comunidades en toda la región, con presencia en Puerto Williams, Natales, Río Verde, Punta Arenas. Son 17 comunidades indígenas instaladas”.

– ¿Cómo ha sido la coordinación con ellos? ¿Ha sido fluida o con quiebres?

-“En todo grupo social, existen diferencias y también mucho interés por aunar esfuerzos. Obtuve un porcentaje alto de votación por parte de las comunidades kawésqar, entonces eso es un indicador de que hay un interés de participar. Pero, esta posibilidad debió haber tenido mayor difusión, mayor educación cívica de lo que se esperaba, estamos en una actividad que es nueva en que es la primera vez en la historia en que nosotros somos representados a través de un órgano democrático. Claramente, hay gente que está de acuerdo y otros, no. Pero la mayoría estamos haciendo un trabajo en aunar esfuerzos de las comunidades, avanzando y entendiendo de que debemos permanecer unidos para avanzar”.

 

“Esta posibilidad (escaños reservados) debió haber tenido mayor difusión, mayor educación cívica de lo que se esperaba, estamos en una actividad que es nueva en que es la primera vez en la historia en que nosotros somos representados a través de un órgano democrático”

 

 

– ¿Qué importancia tiene la Consulta Indígena en el proceso constituyente o es un mero trámite?

– “¡Noo! Es sumamente importante. Esto no es un trámite. Buscamos que la consulta indígena no sea el modelo que se ha llevado a cabo históricamente y a través de un modelo de mero trámite. Hoy se busca que para nosotros, como pueblo, que debe ser en el territorio y pertinente a la realidad territorial. Nuestros tiempos no son los tiempos de la sociedad occidental. Tenemos nuestros tiempos para consensuar, nuestra forma de consensuar. Lo que nos interesa es que la consulta indígena pueda ser vinculante y que lleguemos a acuerdos que el Estado de Chile pueda cumplir con los estándares internacionales que fue uno de los elementos que pusimos en el reglamento de la Consulta Indígena, que sea de acuerdo a los estándares de Naciones Unidas e internacionales. Que no sea un saludo a la bandera, sino que realmente los pueblos indígenas sean consultados y los acuerdos se puedan llevar para que sean materializados en la carta magna. Para eso estamos trabajando”.