Sobreviviente de cáncer

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Marión Chávez.Directora de la carrera de Química y FarmaciaUniversidad San Sebastián – Sede De la Patagonia.

El pasado mes de junio se celebró el Mes del Sobreviviente de Cáncer. Suena paradójico ¿Cierto? Estamos acostumbrados a que se menciona la palabra cáncer y la asociemos con muerte. Sin embargo, debemos empezar a cambiar esta percepción. Actualmente, el cáncer se diagnostica en etapas tempranas y cada vez las investigaciones en cuanto a fármacos han avanzado en forma exponencial y todo esto nos permite hablar de que el cáncer se ha transformado en una enfermedad crónica en muchos de sus diagnósticos.

Uno de los diagnósticos más difíciles de tratar es el cáncer de ovario. A nivel mundial se estima que el cáncer de ovario es el octavo tumor maligno más frecuente en la población femenina con 349.947 casos nuevos reportados el año 2018 y cuya tasa de incidencia se calcula en 6,6% por cada 100 mil mujeres.

Sólo en Chile la tasa alcanza un 12,2% por cada 100 mil mujeres en la Región de Magallanes, según cifras del Ministerio de Salud, pero ante este panorama se abre una luz de esperanza para aumentar la sobrevida en este diagnóstico. Se trata del fármaco Olaparib (Lynparza) recientemente comercializado en Chile, y que en los resultados del estudio clínico SOLO-1 muestran que puede retrasar la progresión del cáncer en forma considerable después del tratamiento con quimioterapia.

Olaparib es un inhibidor PARP, un fármaco que bloquea las proteínas que están involucradas en la reparación del ADN, y producto de este proceso puede causar la muerte de las células cancerosas. Asimismo, en el estudio previamente mencionado se evalúa este fármaco como terapia de mantenimiento en mujeres con diagnóstico reciente de cáncer de ovario avanzado que presentan la mutación en los genes BRCA1 o BRCA2, o ambos, que son las mutaciones más frecuentes en los cánceres hereditarios.

Con los tratamientos actuales para cáncer de ovario avanzado se alcanza una sobrevida de aproximadamente 12 meses y con esta nueva opción de tratamiento, es posible incrementar la supervivencia a 56 meses con una terapia de dos años de duración. La perspectiva que abre este tipo de medicamentos es un avance importante en un cáncer que históricamente ha tenido un pronóstico desfavorable y que afecta a una gran cantidad de mujeres.

Y en cuanto al acceso, aún este fármaco no tiene financiamiento en el sistema público en Chile. Esperemos que pronto las mujeres con diagnóstico de cáncer de ovario avanzado portadoras de la mutación BRCA1/2 puedan tener acceso a este tipo de tratamientos, que proporcionan un beneficio real a paciente sin otras alternativas terapéuticas.