Ester Santibáñez, la primera profesora normalista de Caleta Tortel

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Su nieto, Ignacio López Sepúlveda, relata cómo esta maestra valdiviana llegó desde Punta Arenas al lejano Bajo Pisagua, hoy Caleta Tortel, a hacerse cargo de una pequeña escuela que, en su mejor momento, no superó la veintena de alumnos.

 

La lluvia fue, seguramente, su más fiel compañera y los parajes prístinos fueron una constante fuente de inspiración y un motivo para alzar la vista al cielo y continuar.

En enero de 1955, Ester Santibáñez Benavides acepta el desafío de ser la muestra de una escuela en Bajo Pisagua, hoy Caleta Tortel, llegando a dicho lugar junto a su familia.

En declaraciones a un medio de comunicación de Aysén en 2015, su hijo, Juan Adolfo López, contó que “en esos años era bastante difícil, eran puras montañas vírgenes. La primera escuela se construyó entre montes vírgenes en el sector denominado Lago Vargas, alrededor de 40 kilómetros de lo es hoy día Caleta Tortel”.

Explicó que fueron pobladores de dicha localidad los que llegaron hasta Punta Arenas donde Ester vivía con su familia, buscando una profesora. “Mi mamá se presentó y le hablaron maravillas del lugar, la convencieron, le dijeron que había varios pobladores y niños. Eso la motivó… Yo tenía nueve años, mi mamá era viuda y éramos dos hermanos”.

Fue así como el 2 de enero de 1955, Ester y sus dos hijos partieron rumbo a Aysén en un barco de la Armada, viajando por mar 15 días hasta llegar. La nave se alimentaba de carbón y debía abastecer todos los faros del trayecto marítimo.

Ignacio López, su nieto: “Era toda una hazaña vivir y hacer clases”

Hoy, el nieto de Ester, Ignacio López Sepúlveda, está en una cruzada para que se erija un totem con información cultural que recuerda que su abuela fue la primera maestra de la zona.

Recordó que aquel entonces casi no existían habitantes en dicha zona debido a las crudas condiciones climáticas, que hacían el sector poco apto para vivir.

“Lluvias extremas, frío polar y la distancia hasta llegar al poblado más cercano para abastecerse de comida hacían que fuera toda una hazaña vivir y hacer clases en esa zona. Y así lo hizo ella: fue la primera profesora normalista de Caleta Tortel”, relata con orgullo.

 

“Había niños de distintos lugares que llegaban todos a caballo. Quedaban todos internados. Yo vivía con mi mamá, una tía y mi hermano”, recuerda su hijo Adolfo López.

 

Ignacio prosigue su relato: “Mi papá nos contaba que, a veces, tenían que quedarse él y su hermano a cuidar su caso en el sector del Ventisquero Steffen. Eran muy pequeños. Actualmente mi padre vive en Cochrrane, haciendo lo que más le apasiona y que recuerda las andanzas de su madre: recorre las rutas de la Carretera Austral educando a los visitantes que realizan turismo. Además, el alcalde de Caleta Tortel, Bernardo López, es su sobrino, quien ha trabajado arduamente para mejorar el desarrollo de distintas materias en relación al sector”.

Totem para recordar a Ester

Ignacio está hoy enfrascado junto a su familia en lograr que se rinda un tributo al esfuerzo pionero de Ester. “En este contexto, nuestra misión de rescatar y poner en valor lo realizado por nuestra abuela, Ester Santibáñez, nos llevó a planificar una estrategia para la revitalización turística y protección medioambiental del sector de Steffen. El turismo cultural y sustentable es lo que se está aplicando en diferentes partes del mundo y es lo que ha permitido mejorar la calidad de vida de los habitantes locales y, a su vez, empapar de cultura local a los visitantes por medio de los hitos más importantes que ocurrieron en la zona”, planteó.

Para Ignacio, el encadenamiento de la planta turística también es clave para el desarrollo de todos los trabajadores ligados al Turismo de Caleta Tortel. “La creación de paquetes turísticos que involucren turismo cultural, de aventura, gastronomía y alojamiento, es lo que permitirá un movimiento constante durante todo el año, más allá de que sea estacional sólo en la temporada estival”, señaló.

En tal contexto es que Ignacio propicia la creación de un totem informativo sobre el hito de Ester Santibáñez en el sector de Steffen. “Esto será clave para ampliar la red de tótems que ya se encuentran construidos en Caleta Tortel”, postula.

“Confiamos plenamente en que ésta es la forma en que se debe realizar turismo, junto al rescate de los hechos más importantes que permitieron el desarrollo local, para ir potenciando cada vez más la identidad y los orígenes de esta gran zona”, remarca Ignacio.

El 17 de enero de 1955, Ester Santibáñez y sus dos hijos llegaron a lo que es hoy Caleta Tortel, luego de 15 días de navegación emprendida desde Punta Arenas en un barco de la Armada.