Técnicas Básicas en el Rejuvenecimiento Facial No Invasivas (parte II)

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DR. MAURICIO VARGAS ZEC – Cirujano MÁXILO FACIAL – MVARGAS@DRMVARGASZ.CL

Una de las técnicas más frecuentemente usada, ya por largo tiempo y con extraordinario éxito, es la toxina botulínica.

Esta es un medicamento que actúa como bloqueador neuro muscular, es decir, bloquea la transmisión de impulsos nerviosos, lo que provoca la relajación de la musculatura, en este caso, de la musculatura facial, de una manera transitoria. Este mecanismo de acción evita que las arrugas que se forman en la cara durante los movimientos normales de expresión, habla, etc., se transformen en surcos y arrugas permanentes, dando origen a las patas de gallo, a las arrugas del entrecejo y frente, entre otras.

Los mejores resultados se consiguen en la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Se administra la toxina mediante agujas extra finas a los músculos debajo de la piel, en cantidades precisas y en lugares muy específicos, para lograr efectos naturales y altamente estéticos.

Los efectos comienzan a ser apreciados desde el cuarto día y el tratamiento tiene una duración aproximada de 5 meses.

Como otros procedimientos es importante que se efectúe el estudio previo y que el profesional sea especialista en la materia, porque debe poseer un adecuado conocimiento de la anatomía y fisiología de las zonas a tratar, para saber qué músculos se deben inyectar y cuáles no, las dosis a emplear, entre otros factores.

La aplicación de la toxina botulínica no requiere de anestesia, las sesiones son breves y se puede volver a la actividad normal de inmediato, con algunas indicaciones que le serán prescritas.

Este tratamiento es muy común y el grado de satisfacción que se obtiene con él es muy elevado.