La emoción de preparar la habitación para el bebé

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La decoración de la habitación del bebé es uno de los proyectos que más ilusión trae a los padres, aunque no siempre están preparados para enfrentar esta tarea, sobre todo si son primerizos. Aunque tengas muchas ideas en tu cabeza sobre cómo quieres que quede el espacio, al final surgen un montón de dudas o se gasta dinero de forma innecesaria. En este artículo te brindamos algunas claves que te ayudarán a acertar en la decoración de la habitación del bebé, que también te pueden ser útiles si la compartirá con un hermanito o se trata de un espacio dentro de tu habitación.

El espacio

Empezaremos eligiendo el espacio que ocupará la habitación del bebé. Si tienes la posibilidad, lo ideal es elegir una habitación inundada de luz natural y que sea lo más silenciosa posible, alejada de las zonas de ruido de la casa. De esta manera tendrás garantizada las condiciones para que tu bebé descanse plácidamente.

Si se trata de tu propia habitación, elige un rincón que no esté junto a la ventana para colocar la cuna, así el bebé estará más seguro y no correrá el riesgo de verse afectado por las corrientes de aire.

Colores y motivos

de las paredes

Luego de elegida la habitación, el segundo paso es elegir los colores para las paredes. Se recomiendan los tonos suaves o neutros, que son los que transmiten mayor serenidad y favorecen el descanso del recién nacido.

Tradicionalmente se han elegido el azul y el rosado, dependiendo del sexo del bebé, pero en la actualidad ya no se realizan tanto estas distinciones y los colores se han ido unificando para ambos sexos. La paleta cromática se amplía y con ellos las opciones disponibles, pero siempre evita los tonos fuertes, al menos hasta que el bebé cumpla por lo menos dos años.

Además de la pintura también puedes utilizar otros recursos para decorar las paredes. Una buena opción es colocar un bonito papel pintado en una de las paredes, que contraste con la pintura de las restantes. Las plantillas o vinilos decorativos también te pueden servir para personalizar la habitación, elige un diseño colorido y alegre que llame la atención de tu bebé. Si quieres ponerte más creativo aún puedes darle vida a las paredes pintando un mural, puedes elegir nubes en el techo, un castillo, ángeles o cualquier otro motivo tierno.

Mobiliario básico

Los muebles serán otro aspecto importante a tener en cuenta en la decoración. Necesitas tener muy claro tus necesidades reales, sino terminarás llenando la habitación de muebles que luego no usarás. De entrada los imprescindibles son la cuna, un mueble cambiador y un moisés.

Una clave para la elección de estas piezas es elegir diseños versátiles, que cumplan más de una función o se puedan transformar fácilmente, de esta manera harás una inversión que durará por años.

En este sentido te recomendamos una de las cunas evolutivas que se convierten en cama, para que luego cuando el niño crezca la pueda seguir utilizando. Mientras sea pequeño puedes mantener la cama con una especie de corralito alrededor que lo proteja. Cuando tengas que comprar una cama más grande, puedes transformarla en un práctico sofá cama.

En cuanto al mueble para cambiar al bebé puedes elegir un diseño con cajones y estantes debajo, que te permita almacenar pañales y enseres. Hay algunos modelos que cuando ya no son de utilidad, permiten transformarlos para ser utilizados como libreros o estantes de juguetes.

Si te queda espacio libre en la habitación también puedes pensar en incluir una silla mecedora para amamantar al bebé, al igual que un baúl para guardar los juguetes.

Zona de juego

En algún rincón de la habitación puedes crear una pequeña zona de juego con alfombras y cojines, para que el bebé comience a jugar sin estar en contacto directo con el suelo duro y frío. Estos son complementos con los que puedes darle un toque colorido a la decoración.

Cuándo sea un poco más grande también vas a necesitar incluir una mesita con una silla, donde el niño se pueda sentar a jugar y a dibujar cómodamente. Sólo ten cuidado de que estos muebles tengan las esquinas redondeadas o protegidas.

Iluminación

Intenta aprovechar al máximo la luz natural que te proveen las ventanas durante el día, para lo cual puedes poner doble cortina, una clara y otra opaca.

Si vas a colocar una luz indirecta para dormir al bebé, evita las lámparas de pie que suelen ser un peligro cuando comienza a caminar. Elige en su lugar una lámpara de mesa o una de pared.

Textiles

Cuando el bebé es muy pequeño no es recomendable colocar edredones, almohadas o cojines dentro de la cuna, ya que se pueden enredar o asfixiar con ellos. Incluso algunos expertos consideran que los protectores de cuna representan un riesgo para el bebé, ya que pueden atorarse entre ellos y la cuna.

Es preferible comprar un pequeño saco de dormir, donde queden sus bracitos libres, al menos para la primera etapa. Si con el juego de cama ya vienen incluidos estos complementos, puedes guardarlos para más adelante que sí los vas a necesitar.