Sandra Amar Y SU HISTORIA DE ESFUERZO Y TESÓN

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Algunos creerán que con el término de los comicios del domingo 19 de noviembre, en donde la asistente social, Sandra Amar Mancilla, resultó electa diputada por la Región de Magallanes y Antártica Chilena, llegaría el tiempo para descansar, pero al contrario, la nueva parlamentaria no ha parado y su agenda continúa completa de actividades.

Y es que Amar, reconoce que cuando le abrieron las puertas y el espacio tanto a ella como a su equipo en las sedes de adultos mayores y diversas organizaciones asumió  un compromiso: regresaría a agradecerles como diputada electa, y así lo ha estado haciendo desde el lunes posterior a la elección. Sin previo aviso, se ha estado acercando a los distintos clubes, para compartir un momento, y retribuir el apoyo recibido.

La cercanía, el estar en terreno, escuchar las inquietudes de los habitantes de la región es un sello que Amar no quiere perder. Por ahora no asume el título de “diputada”, pero cree que el 11 de marzo, cuando ya esté en propiedad en el cargo, lo hará.

Hoy, Amar analiza cómo se organizará para su nueva vida como parlamentaria, sobre todo por los viajes a Valparaíso y el despliegue que querrá hacer en la región durante las semanas distritales, porque no sólo se trata de Punta Arenas, sino de ejercer un rol por los habitantes de todas las localidades, independiente de la cantidad de personas que viva en cada lugar. 

“Hay mucha expectativa de parte de la gente, porque saben que soy muy trabajadora y yo debo responder a esa confianza que me entregaron. Con el paso de los días, me he dado cuenta la gran responsabilidad que estoy asumiendo y el gran desafío que tengo por delante, quiero cumplir con las expectativas de la comunidad, eso por sobre todas las cosas. Por trabajo no me voy a quedar, estaré mucho en terreno, no quiero perder la sintonía con la comunidad, porque en eso, a veces están los fracasos. Me comprometí que iba a ir a todas las localidades, y estoy pensando cómo me voy a planificar para cumplir con aquello, no puedo desilusionar a la gente que confió en mí, es una gran tarea”, plantea la parlamentaria electa.

 

Triunfo con mucha humildad

La nueva diputada del conglomerado de Chile Vamos logró algo histórico para la derecha en la región, puesto que hace doce años no tenían un parlamentario que los representara y, además, es la primera mujer del sector que llega a la Cámara de Diputados.

“El día de la elección fue de sentimientos encontrados. Estuve nerviosa esperando el resultado, no puedo negarlo, pero a la vez estaba tranquila y con una sensación positiva que lograríamos el objetivo, por el despliegue también que habíamos desarrollado. El triunfo lo recibí con mucha humildad, y acá lo importante es que los habitantes sepan que yo los representaré a todos en el Congreso, independiente si votaron o no por mí, esa será mi mayor responsabilidad”, reflexionó.

Amar no tuvo una sede física de comando para desarrollar su trabajo. Ella inició y terminó su campaña en el monumento a la Goleta Ancud, y fue allí hasta donde llegó a celebrar su triunfo como diputada electa.

 

Una privilegiada

Amar se siente una privilegiada, de ser una de los tres parlamentarios que representarán a la región en la Cámara Baja, y al ser consultada por las razones que la llevaron a ser electa, cree que:

La gente la premió por su trayectoria de 39 años de trabajo como asistente social tanto en el servicio público como privado; además de la realización y la perseverancia de su trabajo en terreno, porque todos los días estaba en la calle y no había tiempo para estar cansada, pero además, tuvo la suerte de tener mucha vitalidad y que la salud en esta oportunidad, sí la acompañara; el apoyo a través de la redes sociales, las que utilizaba para visibilizar también sus propuestas; el despliegue por las distintas comunas, porque para ella todos los habitantes eran importantes, ya que no hay población de primera, segunda o tercera categoría; y por último, no entrar jamás en descalificaciones personales, porque “la gente está aburrida de las peleas, los conflictos. Las personas esperaban propuestas, ideas y yo nunca emití algún comentario negativo sobre un adversario, porque no es mi estilo”. Fueron una conjugación de factores, su sencillez, el ser mujer, la calidez, y empatía, la capacidad que tiene de ponerse en el lugar del otro y de escuchar, lo que cree, la llevaron a ser electa.

“Voy a trabajar fuertemente en la Cámara de diputados, y voy a ser una parlamentaria que va a estar en los servicios públicos, en los ministerios, y voy a ser muy insistente en plantear ideas ante el Ejecutivo para que se puedan concretar en la región”, asegura.

 

Un gran equipo

Si algo siempre tuvo claro Sandra Amar es que quería trabajar en la campaña con personas que fuesen cercanas a ella, que la conocieran, que la quisieran y que, sobre todo, creyeran en su trabajo.

“Este triunfo no es solamente mío, es el de un equipo que te acompaña, que te secunda, que hace suya tu forma de ser. Tuve un equipo de lujo, gente muy comprometida, algunas hasta renunciaron a su trabajo porque creyeron en mí, y eso es valorable, porque no piden nada a cambio. Estuvieron presente todos los días, me sentí muy acompañada y eso lo noté siempre en la campaña. Uno da las directrices de las estrategias, pero las conversa, y cada quien pone su cuota desde su expertiz, por lo tanto, el primer agradecimiento es para mi equipo más cercano, para la directiva y los militantes del partido, y también para los habitantes de la región, mi triunfo es para ellos, para los que creyeron en esta propuesta, en la candidata y, para los que no creyeron, les voy a demostrar que soy una candidata con la que pueden contar siempre”.

Su mamá, María Mancilla, a sus 84 años, también cumplió un rol fundamental en la campaña. Si bien no quería que su hija disputara por tercera vez una elección, finalmente terminó respaldándola y participando en varias de las actividades que desarrollaron durante el periodo de campaña.

“Ella vive conmigo, conoce mis estados de ánimo y se fue involucrando y se emocionó mucho el día del triunfo. Lloró, pero de alegría y de satisfacción por ver que por fin se reconocía mi trayectoria”, enfatiza.