“No soy una mamá especial, mis hijas son especiales”

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Karen Vidal y la relación con sus seis hijas

Hace 8 años es voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos

Karen Vidal en el Centro de Alerta Temprana ONEMI

Como madre, Karen no se ha dejado llevar ante la adversidad, pero reconoce que le hubiese gustado que su hija Vanesa terminara la enseñanza media

PARA ALGUNAS MUJERES convertirse en madres significa cambiar su vida, modificar sus tiempos y sobre todo darse cuenta que son capaces de dar todo por un hijo.

La magallánica Karen Vidal tiene seis hijas, Camila, Carolina y Carla que son trillizas (25 años), Vanesa (21 años), Valeria (17 años) y Vania (13 años), y como la mayoría de las madres, ha tenido que conjugar ese rol con el de mujer y trabajadora.

Karen se define como una persona alegre, que goza de buen genio y buena salud, tolerante y muy cariñosa, y sus hijas coinciden con ella, puesto que destacan que su madre es “muy trabajadora, estudiosa, y que las deja ser libre”.

Pero, ¿cómo ha sido criar a estas seis mujeres?

Esta magallánica explica que ha disfrutado ser una mamá joven. A los 21 años tuvo a sus trillizas.

“Soy muy amiga de mis hijas, ellas me cuentan sus cosas y eso me ha permitido aconsejarlas y escasamente retarlas. Quizás lo más complejo es la diferencia de caracteres, porque todas defendemos nuestros puntos de vista y muchas veces cuesta que nos pongamos de acuerdo, llegar a un consenso en algunos aspectos, pero en casa siempre termina reinando la femineidad”, comenta.

Esta mamá asegura que con seis hijas no ha tenido tiempo para que su vida sea aburrida y reconoce que siempre se pueden cumplir los roles de madre – mujer y trabajadora, “es cosa de saber distribuir bien los tiempos. No soy una mamá especial, mis hijas son especiales”.

“La verdad es que tener muchos hijos es espectacular y disfrutamos cada momento. Cualquier mujer puede ser madre y en mi caso siento que Dios me premió con mis hijas, teniendo en cuenta que son muy diferentes, incluso me costó más entender a las trillizas (por sus problemas de identidad) que a Vanesa que tiene síndrome down”, señaló.

Karen a sus 47 años no sólo se ha preocupado de pasarlo bien con sus hijas, sino que además les ha enseñado que no todo en la vida es dinero; que hay que tener voluntad para todo; que se preocupen siempre del prójimo y de que sean mujeres honestas, porque si hay algo que detesta son las mentiras.

Todas diferentes

Cada hijo tiene sus características y eso Karen lo sabe. Las trillizas no se separan por nada, si bien tienen gustos diferentes, el nexo y telepatía que tienen es increíble. En el caso de Vanesa, Karen cuenta que cuando nació no movía ni un músculo y que no tenía ninguna reacción, sin embargo con el apoyo de toda la familia la hemos sacado adelante y lo que es hoy en día es gracias a todos. “Vanesa hace sus cosas, cumple con su horario en el Centro de Rehabilitación y hace su vida normal, estoy orgullosa de ella”. Valeria entró a los 8 años a Bomberos, donde es brigadier y para esta madre eso es motivo de orgullo, ya que ella también es voluntaria de Bomberos. “La mayoría de los niños abandona, pero ella no, y en dos meses más será bombera”. Finalmente Vania, el “conchito” es la más histriónica, y ocupa su tiempo en realizar diversas actividades. “Ella no se pierde ni una”.

Como madre, Karen no se ha dejado llevar ante la adversidad, pero reconoce que le hubiese gustado que su hija Vanesa terminara la enseñanza media. “Lamentablemente el sistema educacional te pone obstáculos y por sus problemas de lenguaje no pudo continuar sus estudios”.

“Me apasiona mi trabajo”

Su rol de madre, Karen lo conjuga con su trabajo. Por 15 años trabajó como operadora en la central de Bomberos, institución a la que aprendió a conocer y valorar, “sólo se ve gente tratando de apagar el fuego y es mucho más que eso”. Hace 8 años es voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos donde apoya al departamento de investigación de incendios como perito, pero además trabaja en el Centro de Alerta Temprana de la ONEMI, monitoreando riesgos posibles que puedan dañar a la comunidad.

“Trabajar en protección civil es muy lindo, me apasiona lo que hago, apoyar en emergencias, y para ello constantemente me capacito para aprender todo lo que puede acarrear un riesgo inminente”, dijo.

Karen ha vivido lindos momentos en su vida y dice que mientras tenga salud seguirá cumpliendo su rol de madre múltiple, teniendo en cuenta que continúa viviendo con todas sus hijas.