INFIDELIDAD 2.O ¿Por qué hoy nos afecta una infidelidad más que antes? ¿Cómo ha cambiado el concepto de fidelidad? Primera parte de una reflexión sobre el tema

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“… la infidelidad pueda provocar una sensación de inseguridad e inestabilidad emocional, lo que a su vez puede afectar la propia identidad. ¿Era esto cierto? ¿Fue todo una mentira? ¿Puedo volver a confiar en alguien nuevamente si él o ella (mi elegido/a) me engañó a mí (el/ la única)?”.

 

concept photo of sad woman broking off relationship

Sin duda, en el ámbito del amor de pareja ha habido múltiples cambios a través de los años. Cambios en la forma de conquista, de relacionarse, en las razones para escogerse como pareja, en el matrimonio mismo, en los roles y en cómo se vive la infidelidad, entre otros.

En este último tema es donde quiero ahondar hoy. En otros tiempos, la infidelidad era atribuida mayormente a los hombres, siendo común que éste tuviera a su mujer, ‘su señora, la madre de sus hijos’, pero a la vez pudiera tirar ‘una cana al aire’ con otra(s).

No era raro además que ante esto la mujer simplemente acatase, ya que estaba culturalmente normalizado y muchas veces existían temas económicos que le impedían hacer algo distinto.

Hoy en día, la infidelidad puede manifestarse por parte de hombres y mujeres por igual y ciertamente la reacción del afectado es muy diferente.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué puede afectar una infidelidad de manera diferente?

Esther Perel’ una terapeuta belga que estudia estos temas hace muchos años, nos da algunas claves para responder esta pregunta.

Por un lado, antes la monogamia tenía relación con ‘tener una pareja para toda la vida’, hoy la monogamia está más relacionada con ‘tener una pareja a la vez’. Por lo mismo, si libremente se escoge estar con una pareja u otra (o cambiarla) cuesta más comprender las razones para ser infiel.

Pero la razón más importante es que hoy en día en las relaciones de pareja está en juego la seguridad emocional por sobre la seguridad económica.

Tenemos un ideal más romántico, en donde se tiende a buscar un amor ‘verdadero’ que implica que el/la otro(a) debe cumplir con una lista de requisitos, tales como: tener intereses en común, ser un(a) buen amante, que sea mi mejor amigo(a), mi patner, mi compañero(a) emocional, mi par intelectual, un(a) buen(a) padre/madre, etc.

El otro se convierte, así, en ‘el o la elegida’ (The One), por sobre todos los demás. A la vez en que yo me convierto en ‘el o la elegida’ para el otro. Se genera un sentimiento de ser indispensables, únicos, irremplazables.

Antes, ese ideal del amor romántico y sexual era buscado fuera de la pareja o muchas veces era sólo una ilusión que aparecía en las películas. Hoy, ese ideal romántico es lo que buscamos para elegir como nuestra pareja.

Todo lo anterior influye en que la infidelidad pueda provocar una sensación de inseguridad e inestabilidad emocional, lo que a su vez puede afectar la propia identidad. ¿Era esto cierto? ¿Fue todo una mentira? ¿Puedo volver a confiar en alguien nuevamente si él o ella (mi elegido/a) me engañó a mí (el/ la única)?

La sensación de traición es profunda, más allá de lo netamente físico y no sólo la identidad se ve afectada, sino que la idea del amor romántico queda destruida.

¿Crees que se puede superar una infidelidad?

Melanie Müller
Psicóloga, Psicodramatista y Coach certificada
ICF. melaniemg@gmail.com