“No hay mejor sueño ni mejor libertad que los estudios”

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Madres y jefas de hogar relataron su experiencia tras ganar becas para estudiar carreras técnicas, iniciativa inédita en Magallanes

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Laura Martínez Espinoza, jefa de hogar, ganó beca para estudiar en la Universidad de Magallanes.

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Vilma Vidal Garay, es madre de cuatro hijos y jefa de hogar, llamó a informarse y a postular a los distintos programas que ofrecen los servicios.

“No hay mejor sueño ni mejor libertad que los estudios”. Con estas palabras, Laura Martínez Espinoza, jefa de hogar que ganó una beca para estudiar una carrera técnica en la Universidad de Magallanes, explica su experiencia de estudiar a los 50 años.
Es la alumna con más edad en su carrera. Es madre y, como proveedora de su hogar,  mantiene dos trabajos.
Fue durante un desayuno, entre autoridades regionales, académicas y mujeres jefas de hogar que ganaron becas para estudiar carreras técnicas, en que explicó lo que ha significado para su familia volver a estudiar. “Ha sido nuevo, raro y súper gratificante. Sé que a los 50 años es difícil que alguien te dé la oportunidad de estudiar”, comentó.
“Yo partí postulando al Programa Jefas de Hogar. Estaba cesante, pero, cuando me entrevistaron, me preguntaron cuál era mi sueño y yo respondí: ‘Estudiar’. Por eso, me llamaron por la beca”, dijo la madre de tres hijas, la mayor de 20 años y las otras dos mellizas de 16 años.
En la actualidad, cursa el cuarto semestre de Administración en la Universidad de Magallanes. Está feliz y espera que el próximo año pueda seguir con la ingeniería. “No sé de dónde van a salir los recursos, pero las ganas están”, dijo consciente de que ésta fue una oportunidad que muchas mujeres quieren y que se le ofreció a varias.
Pero, el camino no ha sido fácil. El año pasado tuvo un accidente cerebrovascular y ha debido sobreponerse, recuperación que sólo fue posible gracias al apoyo de sus hijas y su familia. “Las secuelas que me quedaron son imperceptibles para el resto, pero tengo un déficit atencional que no tenía antes. Era la segunda vez que me daba, yo me fui del Hospital Clínico de Magallanes y el médico me dijo: ‘Te vas con peligro de muerte’, entonces yo le dije: ‘¿Dónde firmo?’. Tenía a mis hijas solas en la casa y como a mí me dio el infarto en la universidad, ellas no sabían. Me habían ingresado a la Uci (Unidad de Cuidados Intensivos), pero fue todo muy rápido. Cuando llegué a mi casa, iba a medio vestir y mis hijas me preguntaron de dónde  venía. Se me perdió un lado de la cara y tuve que masticar chicle todo el día, usaba una monedita para cerrar los ojos”, explica.
Pero nada de esto ha sido impedimento para estudiar, sabe que de su carrera es la mayor y para sus compañeros es un ejemplo. “Yo tengo dos trabajos, de lunes a viernes en Conaf y los fines de semana en un minimarket. Entonces, son sólo las noches las que tengo para estudiar. Entonces, se puede”, comentó.
Vilma Vidal Garay es madre de cuatro hijos y jefa de hogar, para ella volver a estudiar es un sueño cumplido y un ejemplo para su descendencia, aunque el camino no fue fácil. “Pero, me aceptaron y me acabo de titular en mayo como técnico en turismo. Me llamaron del Casino Dreams y estoy como capitán de garzones”, comentó.
Continuó su relato señalando que: “Yo siempre fui de la idea de estudiar turismo. Mi primera clase fue inglés y recuerdo que el profesor me preguntó qué estaba haciendo ahí y yo le dije que me habían dado la oportunidad de estudiar. Terminé feliz y no me quedé con ningún ramo. Estudiar es difícil, pero no imposible, además estudiar es importante porque tus hijos se proyectan en ti. Mi hijo me veía estudiar y también tomaba sus cuadernos”.
Pero su acceso no fue fácil, ella postuló a un Capital Semilla, fondo concursable para emprendedores, pero no quedó. “Yo pensé: ‘Estos programas no sirven’. Esa fue mi primera impresión, pero después de dos años me llamaron para preguntar si yo estudiaría si tuviera la oportunidad y yo dije que sí. Después fui a una entrevista, que además era una evaluación psicológica”, dijo reconociendo que pensó que sus respuestas no le permitirían ganar la beca.
Explicó que le preguntaron si tenía la oportunidad de pagar la mitad de la beca. “Yo dije que no. ‘Si no me dan la beca completa, no puedo, porque tengo un hijo que está estudiando y lo poco que tengo es para él’, les advertí”, dijo la madre de cuatro hijos, quien agregó: “Estoy muy agradecida porque ésta es una oportunidad que no tienen todos”.