Karina Vukovic: “El Diseño de Vestuario no es sólo moda”

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Producción de Moda y Dirección de Arte para el proyecto de diseño chileno Juanita de León PV 2016.

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Diseño de Vestuario, a través de reutilización, para obra “Hijos de”, estrenada en Teatro del Puente durante el 2015 y el 2016.

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Producción y Dirección de Arte para la diseñadora chilena-alemana Vera Sielfeld PV 2014.

Constanza Poblete R.
revista@fempatagonia.cl

DESDE LOS 10 años quería ser arquitecta y así fue. Karina Vukovic Fuentealba, es una magallánica que nació en Punta Arenas en la década de los ’80, que disfrutaba de la nieve y andar en trineo.
Con el paso de los años y al observar las obras que había dejado su abuelo en su ciudad natal, Pedro Vukovic Peric, inmigrante croata experto en trabajar el mármol, cuya mano pulcra y minuciosa fue muy apreciada en su momento, Karina estaba convencida de cuál iba a ser su futuro.
En el colegio, recuerda que siempre fue buena para hacer varias cosas a la vez: además de estudiar, le gustaba participar de toda actividad cultural que existiese, algo así como el personaje de la película Rushmore de Wes Anderson.
Al salir del colegio, y gracias al apoyo de sus padres, no hubo otra opción: la afición por el dibujo, la filosofía, la historia y la observación, la llevaron a la región de Valparaíso a aprender aquella materia que cambiaría su vida: “sí, la formación en Arquitectura, mi ‘mater materia’, fue absolutamente determinante en todo lo que vendría después”, asegura.

Eres arquitecta, pero decides explorar el área del diseño.
“Así es, dibujando en Valparaíso para los encargos de la Escuela de Arquitectura, me encuentro con la maravilla de las Ferias Libres y con ellas, los vestigios de otras épocas en literatura, mobiliario y vestuario, el cual comienzo a coleccionar y restaurar, para devolverle la ‘vida útil’. De esa forma nació el primer proyecto ligado al diseño de vestuario e indumentaria (que es todo lo que cubre el cuerpo), un emprendimiento de reutilización que se llamó ‘Recuerda’ y que generó que me autoformara en la materia. Luego hicimos un colectivo de reutilización de vestuario vintage, que me llevó a estudiar Gestión Cultural en la PUC, debido a que esa era mi función en ese ámbito creativo, y me pareció interesante, por lo que decidí estudiarlo para, posteriormente, no detenerme más: desde la formación en Gestión Cultural, trabajé dos años en el Museo de la Moda, donde aprendí muchísimo observando y estudiando los originales de una de las mejores colecciones de vestuario de Latinoamérica; tres años y medio en páginas web ligadas al diseño de vestuario desarrollando contenido; entré a universidades a hacer clases, donde desarrollé una metodología de enseñanza en el diseño de vestuario basada en la metodología del desarrollo proyectual arquitectónico, que ha funcionado muy bien. A continuación decidí ir a estudiar con maestros del diseño de vestuario fuera: en Nueva York y Buenos Aires, y tomé workshops con aquellos que siempre había admirado teórica y prácticamente, como Caroline Broadhead, directora de la Escuela de Textiles y Joyería de Central Saint Martins, la mejor escuela del área en el mundo. Hoy mi quehacer es asesorar a diseñadores chilenos en sus proyectos creativos, desde el fundamento hasta cómo construir la imagen para difundirlo, y diseñar y producir vestuario para teatro, danza, músicos, publicidad, marcas y empresas. Ya son seis años de arduo trabajo, pero el mejor que podría tener.”

Además trabajas como académica en la escuela de diseño de dos universidades, ¿cómo ha sido ese trabajo? y ¿cómo ha evolucionado tu experiencia de trabajo con los alumnos?
“Hoy, soy profesora titular de dos Talleres de Diseño, uno en la Universidad Diego Portales de Exploraciones en Textil e Indumentaria, dictado a estudiantes de 3er y 4to año, y uno en el Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello, bautizado como ‘Cuerpo y Material’, que es el primer taller de vestuario de estudiantes de 1er año, ambos dictados desde el Diseño Consciente. Ha sido una experiencia extraordinaria. Siempre digo que mi trabajo favorito es enseñar; compartir lo que se tiene, lo que se trae… con otros, que empiezan a mirar la vida desde el diseño, que, al fin y al cabo, es absolutamente todo lo que nos rodea y que, además, es un código sociocultural temporal. La evolución en este hacer ha estado determinada por el formar desde la multiplicidad o intersección de disciplinas: la arquitectura, la gestión cultural y el diseño de vestuario, puesto que el ‘hibridaje cultural’, sin duda alguna, es el futuro de las carreras creativas”.

¿Hay un desafío por explorar otras áreas e ir desarrollando nuevas propuestas en lo que es el diseño?
“Claro que sí. De hecho, en estos momentos, en el Taller Vertical Integrado de Exploraciones en Textil e Indumentaria de la Escuela de Diseño de la Universidad Diego Portales, estamos desarrollando una investigación junto a nuestros estudiantes, respecto de textiles e indumentaria que podrían mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades dermatológicas de diversas complejidades: hemos trabajado con piel de cristal, ictiosis, dermatitis, psoriasis, dishidrosis, acné, rosácea, etc.; allí se nos ha abierto todo un universo nuevo donde la medicina, la química y la biología, la ingeniería, la psicología, la naturopatía y conceptos innovadores como el ‘mindfullness’, se intersectan con nuestra materia para poder generar un producto desde necesidades reales. Esta área ha sido todo un hallazgo”.

Cuéntanos, ¿a qué te refieres con el concepto de Diseño Consciente?
“El Diseño Consciente, según John Thackara, que es un diseñador inglés que trabaja en temas de sostenibilidad, ‘piensa en las consecuencias de las acciones de diseño antes de ponerlas en marcha prestando especial atención a los sistemas naturales, industriales y culturales que se encuentran en el contexto donde dichas acciones tienen lugar; toma en consideración qué material y energía está presente en los sistemas que diseñamos; da prioridad a la entidad humana y no trata a la gente como un simple ‘factor’ dentro de algo mayor; proporciona valor a las personas y no personas al sistema (como en la mayoría de los casos hace el marketing actual); trata el ‘contenido’ como algo que hacemos, no como algo que vendemos y trata el lugar, el tiempo y la diferencia cultural como valores positivos, no como obstáculos; se centra en los servicios y no en las cosas y se abstiene de inundar el mundo con artefactos carentes de sentido’. Este diseñador promulga, además, que varias de las situaciones problemáticas que se plantean en nuestro mundo actual son el resultado de malas decisiones de diseño”.

Has estado trabajando como productora de moda, y para ti es importante mostrar a los diseñadores chilenos …¿Por qué te interesa que ellos puedan dar a conocer su trabajo, y cómo diferencias a ellos de los grandes del retail?
“Me interesa por tres razones: porque ellos son un reflejo, una proyección de la contemporaneidad de nuestra cultura, son un ‘futuro vestigio’ de lo que somos y en qué estamos hoy como sociedad local (Chile); porque me interesa poder aportar a la ‘desbanalización’ del vestuario, ya que el diseño de vestuario no es sólo ‘moda’ (que se refiere a la masificación de un producto o servicio a través de un proceso industrial, que llega a gran cantidad de usuarios, lo que se asocia al retail), sino es también diseño de autor, producido en pequeñas cantidades, con un proceso productivo más limpio, generando menor impacto ambiental y otorgando trabajo a mano de obra local, considerando sistemas de intercambio basado en el comercio justo (lo que implica consciencia social), utilizando textiles locales (los que quedan), con formas, colores y texturas que poseen un fundamento, que simbolizan rasgos culturales, que implican contenido y porque dedicarse al diseño de vestuario en Chile hoy, es un acto muy valiente, justamente porque es complejo ser una alternativa al retail hoy”.

¿Cuál es tu propuesta actualmente, en relación a tu trabajo ligado a la responsabilidad social empresarial?
“Actualmente, realizo un proyecto de diagnóstico, análisis, ideación e implementación del vestuario corporativo del Grupo Aguas Nuevas, que desde hace doce años presta los servicios sanitarios de cuatro regiones del país: Arica y Parinacota, Tarapacá, Araucanía y Magallanes (Aguas Magallanes, en nuestra región), donde el objetivo final es mejorar la calidad de vida de 1.000 trabajadores de nuestro país, a través de una mejor indumentaria para desarrollar su trabajo. Este proyecto justamente me motivó por el impacto social que implica”.