“La UMAG me ha permitido desarrollarme plenamente, tanto en la docencia como en el trabajo con proyectos”

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María Luisa Fernández junto a María Maric Recabal

María Luisa junto a su mentora la enfermera María Maric Recabal

Ceremonia de Titulación año 2003

En la ceremonia de titulación alumnos de enfermería año 2003

María Luisa Fernández Santana, enfermera

Constanza Poblete R.
revista@fempatagonia.cl

LA ALEGRÍA, su sonrisa y el gran compromiso con su trabajo y familia, son las características que mejor definen a María Luisa Fernández Santana, enfermera de 36 años de profesión y Magíster en Gerontología Social.
Esta magallánica, bailaora de flamenco, lleva 25 años trabajando en la Universidad de Magallanes como docente de la carrera de Enfermería, por lo que ha participado en la formación de muchas generaciones.
Hace 35 años está casada con Andrés Ruiz Henríquez, con quien tuvo dos hijos: Paulina que es periodista, vive en Buenos Aires y trabaja en la Universidad de Palermo, y Andrés, ingeniero en información y control de gestión que trabaja en Merril Lynch, una corredora de bolsa en Santiago.
María Luisa dice sentirse plenamente realizada con su trabajo en la UMAG, tanto en la docencia de Pre Título, como en el ámbito de los proyectos, y no duda en asegurar que “ama lo que hace”, y es que cree que puede ayudar a otros a sentirse mejor, entregándoles una sonrisa, saludándolos. “Eso basta muchas veces para que otra persona se sienta considerada, no cuesta nada, son simples gestos que siguen siendo muy valorados”.
Así y todo, no fue muy fácil que respondiera ¿cómo cree que la ven sus colegas? Ella piensa que la consideran una persona confiable. En otro ámbito, asume que es un tanto “despistada”, y es cosa de verla llegar a su oficina, el recibimiento es entre bromas y es que siempre se le ocurren cosas divertidas u ocurre alguna anécdota, por lo que sus compañeras consultan ¿qué le pasó hoy a María Luisa?.

¿Por qué decidiste estudiar enfermería?
“Me encantaría decir como Florence Nightingale (madre de la enfermería) que fue un llamado vocacional, pero la verdad no fue así. Yo quería estudiar teatro o estudiar ballet clásico y a la vez estar en mi región, ¿imposible verdad?, por lo tanto, gracias a Dios la Universidad Técnica del Estado (actualmente UMAG) dicta la Carrera de Enfermería y veo la oportunidad de estudiar esta carrera, y al poco andar estaba completamente segura que era lo que quería hacer”.

Cuéntame sobre tu trayectoria profesional.
“Egresé en el año 1979, tiempos muy difíciles para la empleabilidad de nuestra profesión. La mayoría trabajábamos ad honores y esperábamos una posible contratación. Yo trabajé al comienzo en el servicio de cirugía del entonces hospital regional y en el consultorio Thomas Fenton. En el año 1980 María Maric Recabal me ofrece la posibilidad de integrarme como docente en ayudantía en asignaturas profesionales de la Carrera de Enfermería, y la verdad nunca había pensado en ello, pero gracias a María Maric, mi mentora, pude encontrar mi camino profesional. No puedo dejar de mencionarla, formadora de cientos de profesionales de Enfermería de la región, siempre preocupada de los demás, todas/os para ella éramos inteligentes, encontraba cualidades en nosotros hasta convencernos de nuestra autonomía fue ella quien hizo la postulación para mi Magíster; cuando me llegó la aceptación desde la Universidad de Barcelona no entendía nada, simplemente me dijo: ‘tienes que estudiar a los mayores, te vas a acordar de mí, serás tremendamente necesaria’, y debo decir que no se equivocó en nada”.

¿En algún momento no ejerciste como enfermera?
“Debo mencionar que existió un paréntesis importante en mi vida profesional, ya que  al casarme en el año 1981, nos fuimos a vivir a Tierra del Fuego con mi esposo en un campamento de Enap, Puerto Percy, en donde existía una posta rural, y me ofrecieron trabajo, con la inexperiencia de la juventud y por supuesto con la ayuda de Maria Maric, acepté ese importante reto, no me falto jamás la información más actualizada de Enfermería Comunitaria, María me enviaba todo para que yo ejerciera una Enfermería de calidad. Estuvimos un año en ese lugar y mi esposo fue trasladado al terminal marítimo Gregorio, situado a 115 kilómetros de Punta Arenas. Así, por un período de 9 años no ejercí mi profesión, me dediqué a mi casa, a cuidar a mis hijos, hasta que volvimos a Punta Arenas y entonces se da la posibilidad de postular a un cargo Jornada Completa en la Universidad de Magallanes. Por supuesto que no pasó por mi mente realizar tal postulación, pero, ¿adivina quién apareció nuevamente?, María diciendo: ‘María Luisa tienes mucho que entregar a tu carrera, no puedes quedarte en la casa, tú eres capaz de hacer ambas cosas”, postulé y llevo 25 años trabajando en la Universidad, feliz de tal decisión, agradecida de mi SEÑOR por poner en mi camino a las personas correctas, primero a mis padres que me entregaron valores fundamentales, luego a María Maric, quien estuvo siempre a mi lado en mi camino profesional y por supuesto a mi esposo que siempre ha entendido mi compromiso con la docencia”.

SU PASIÓN POR LA DOCENCIA

¿Cuál ha sido el trabajo en el que te has sentido más cómoda?
“Por supuesto que en la docencia, amo lo que hago. Algunas personas me dicen ‘qué pena, usted nunca ha trabajado como Enfermera’, haciendo referencia al trabajo hospitalario, pero rápidamente les dejo en claro que la Enfermería es una profesión que abarca mucho más que la persona enferma. Las/los enfermeras/os proporcionamos Cuidado en todos los grupos etarios, hasta el proceso de muerte, trabajamos con la persona sana, enferma, familia y comunidad y nuestras competencias están en el área asistencial, gestión, educación e investigación”.

¿La docencia es lo que más te apasiona en el área de Enfermería?
“Me siento feliz con mi trabajo. La Universidad de Magallanes me ha permitido desarrollarme plenamente, tanto en la docencia de pre título, como en el trabajo con proyectos. Este es el segundo año que coordino el proyecto SENAMA “Centro diurno para personas mayores”, en donde otorgamos como Universidad, atención a personas mayores con dependencia leve, a través de una intervención integral, dirigida a promocionar la autonomía e independencia de la persona mayor. Ha sido una experiencia enriquecedora y al medir satisfacción en los usuarios, existe un gran reconocimiento de la atención otorgada, además de prestar un servicio necesario para este grupo etario”.

¿Te has enfrentado a muchas situaciones complejas durante tus años de experiencia como docente?
“Por supuesto han sido muchas las situaciones complejas, el hecho de trabajar con jóvenes en formación, en una profesión que realiza intervenciones en personas, implica una enorme responsabilidad, por esto los docentes debemos estar en constante proceso de aprendizaje, tanto en docencia como en el área de la disciplina, debemos tener herramientas que nos permitan formar profesionales integralmente, no sólo se trata de entregar conocimientos, sino que se deben conjugar valores, experiencias previas, cultura y conocimiento en pro de la formación de un profesional idóneo”.
 
Según tu experiencia, ¿qué cualidades deben tener las personas que quieren estudiar enfermería?
“Deben estar dispuestos a conocerse a sí mismo, esto es prioritario, no puedes ayudar a otro sino identificas tus propias fortalezas y debilidades. Una vez identificadas las debilidades se deben trabajar con los estudiantes y por supuesto acrecentar sus fortalezas”.

Se ve que la profesión de enfermera está más ligada a las mujeres… ¿Con el paso de los años crees que ha habido mayor interés de parte de los varones por estudiar esta carrera?
“Es notorio el cambio de estos últimos años, aproximadamente el 30% de los estudiantes son varones. Imagino que ello tiene relación con la empleabilidad, ya que Enfermería aparece en los últimos estudios como una de las carreras con mayor proyección al respecto”.

¿Qué cambiarías de tu profesión?
“Ser más protagonistas, visibilizarnos en la sociedad. En general no mostramos lo que hacemos, estamos en innumerables ámbitos, pero no nos visibilizamos como Enfermeras/os, por esto la ciudadanía sólo nos ve en el hospital”.

¿Has seguido especializándote?
“En las carreras de la salud en general es imposible no capacitarse, cada vez más se es más exigente y las competencias son múltiples”.

 

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Junto a su familia, su esposo Andrés, e hijos Paulina y Andrés.

¿Hay algo que tengas pendiente de hacer en tu carrera?
“Siempre he puesto el horizonte en la docencia. Quisiera poder ayudar efectivamente a la formación de post título y post grado de mis colegas, son muchos nuestros titulados que requieren tener en la región posibilidades de perfeccionamiento”.
María Luisa define a sus colegas del Departamento de Enfermería, como un grupo extraordinario, comprometido y afiatado, donde se siente muy cómoda y querida. “Soy la mayor del grupo, lo cual tiene sus ventajas importantes, sin evitar las bromas al respecto que son aceptadas muy bien, se supone que debo tener ‘superada’ la aceptación del envejecimiento al trabajar en el tema, este año cumplí 59, y sólo me queda un año para estar en tan selecto grupo, en donde todos queremos vivir años, pero no envejecer”.
Al terminar su relato en esta entrevista, la enfermera magallánica dice que no puede dejar de mencionar a su padre, Pascual Fernández Fernández,  ya que él no se lo perdonaría. “Quiero resaltar que fue un futbolista ejemplar del Club Deportivo Español y como dice él: ‘sí yo hubiera nacido en esta época sería millonario’, actualmente tiene 87 años, es un adulto mayor autovalente, que goza de la conversación y la compañía de su familia y amistades”.