Inclusión de la mujer en política, un desafío

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50,52% de la población está constituida por mujeres.

 

Carolina Goic
Senadora por Magallanes
y Antártica Chilena

Las mujeres constituimos el 50,52% del total de la población del país, somos casi nueve millones de mujeres. Jugamos un rol muy importante en la dimensión familiar, cultural y educativa del país. Sin embargo, existen áreas de la vida en sociedad donde las mujeres chilenas aún no somos incluidas adecuadamente, ejemplo de ello es la dimensión de participación política.
Las mujeres estamos subrepresentadas en el Congreso Nacional: sólo un 15,8% en la Cámara, en tanto en el Senado, un 15,78%. Esta misma realidad se reproduce en el ámbito municipal, donde un 12,5% de los municipios son gobernados por mujeres.
Otra área relevante de examinar es la participación laboral de la mujer. Según los datos de la encuesta CASEN 2013, la participación femenina en el trabajo alcanza a un 45,6%, cuando el promedio en América Latina es 52,8% (Cepal, 2011), y  en los Países de la OECD asciende a un  63,8% (OECD, 2011). Asociado a esto encontramos que existe una brecha salarial en los ingresos comparados entre hombres y mujeres, que a igual trabajo y capacitación, reciben menor sueldo. La encuesta  sindica ésta diferencia en un 26,6%.
Aun cuando estas cifras son dramáticas, es sano reconocer avances legislativos en la agenda de género en estos últimos años, entre ellos puedo citar la Ley 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, que previene, erradica y sanciona la violencia intrafamiliar y otorga protección a las víctimas de la misma.  La Ley 20.480 que modifica el Código Penal y el decreto ley N° 321, de 1925, para sancionar el ‘femicidio’,  aumentando las penas aplicables a este delito y reforma las normas sobre parricidio. La Reforma Previsional, Ley 20.255, que establece el bono por hijo nacido vivo. El establecimiento del descanso semanal de los trabajadores de casa particular. La Ley 20.348 que resguarda el derecho en la igualdad de remuneraciones. Finalmente, la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Volviendo a la dimensión de participación política, es claro que la Ley 20.840, que sustituye el Sistema Electoral Binominal por uno de carácter proporcional inclusivo y fortalece la representatividad del Congreso Nacional, se constituirá en un aporte sustantivo. A partir de las próximas elecciones los partidos deberán llevar un 40% de candidatas, para asegurar que las mujeres sean parte activa de la política nacional.
En estos días se tramita en la Comisión Especial encargada de conocer proyectos relativos a probidad y transparencia del Senado, la Reforma a la Ley de Partidos Políticos (Boletín Legislativo Nº 10.154-07). En el primer trámite constitucional, la Cámara de Diputados aprobó una norma que plantea con carácter obligatorio la integración paritaria de los órganos colegiados de los partidos políticos, definiéndose para ello que los estatutos prevean mecanismos “que aseguren que ninguno de los sexos supere el sesenta por ciento de sus miembros”.
Este avance alcanzado en la Cámara de Diputados en la nueva regulación que tendrán los partidos políticos en Chile, se encuentra en grave riesgo debido a que la Comisión del Senado modificó la redacción de la norma limitando el mandato obligatorio de paridad a la “elección” de los órganos colegiados, en lugar de la “integración”, por lo que el máximo de 60% de un determinado sexo se impondría a las “candidaturas” y ya no a los “miembros” del respectivo órgano.

15,8% y 15,78% son las magras tasas de participación femenina en la Cámara de Diputado y el Senado, respectivamente.  

 
Al respecto es imprescindible buscar reponer una norma para equilibrar las cuotas de género entre los representantes de las directivas de partidos políticos. En este sentido, quiero reafirmar mi compromiso como parlamentaria con objetivo de incrementar la participación de la mujer en los partidos políticos. Como Senado lo hemos establecido respecto de las directivas de sindicatos, por lo mismo, me parece inaceptable que en los partidos políticos no se mantenga la misma norma. Le hace bien a la política, le hace bien a la democracia asegurar la inclusión de la mujer, permite la representación y el aporte de la mitad de la población de nuestro país.