TELUJ El lucero del amanecer

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Cuentan los ancianos que el héroe de la mitología tehuelche se llamaba Elal. Él se enamoró de la hija del Sol y la Luna, la hermosa Teluj o Lucero del Amanecer. Decidido a casarse con ella fue un día a pedirla en matrimonio, acompañado de su madrina bruja, quien había tomado forma de mosca para posarse en su oreja y pasar desapercibida para el gran Astro Rey.

Xaleshen, el Sol, desconfiado de su futuro yerno, impuso una serie de difíciles pruebas de valentía e ingenio, antes de dar su aprobación.

El primer desafío decretaba:∫Deberás rescatar un anillo de oro que se encuentra dentro de un huevo envenenado. Este huevo está escondido en lo más oscuro y recóndito de una caverna custodiada por un guanaco que, con sólo mirarte, puede matarte.

Para Elal no fue difícil derribar al guanaco con la ayuda de su madrina-mosca, pues ella astutamente molestó al guanaco hasta distraer por completo su mirada, en ese preciso momento Elal lo mató con un certero tiro de boleadora, le quitó la piel y se cubrió con ella. Luego, dio un flechazo al huevo envenenado y rescató el anillo.

El joven, creyendo que ya contaba con la aprobación del Sol, volvió al palacio donde se encontraba su amada. Embelesado con la belleza del castillo y de sus amplios jardines, avanzaba entusiasmado hasta que se dio cuenta que, a cada paso, el suelo se convertía en ciénaga impidiéndole avanzar. Entonces escuchó el consejo del pequeño insecto en su oído: «Camina hacia atrás sin temor, pues si sientes miedo la ciénaga se convertirá en víboras asesinas». Elal obedeció sin dudar y sólo entonces pudo avanzar.

Al llegar al palacio, el Rey, contrariado con la valentía del héroe,  le impuso una nueva prueba, de la cual nuevamente el muchacho salió airoso. Esto incomodó al Sol, quien no quería entregar a su hija en matrimonio, por lo tanto lo envió a otra prueba, y luego otra. Siempre la siguiente era más difícil y extraña que la anterior, pero Elal, con la ayuda de su mosca- madrina, lograba superarlas todas.

Parecía interminable todo este quehacer y el joven ya perdía fuerzas. En ese instante su gran consejera, su madrina, musitó a su oído: «Rapta a Teluj y escápense juntos, pues su padre jamás permitirá el enlace entre ustedes».

Y así lo hizo, a pesar de que sabían de la desobediencia que cometían y de todo el miedo que esto les despertaba, un día cualquiera Lucero del Amanecer y Elal desaparecieron juntos.

Cuentan que Teluj aún le teme a la furia de Xaleshen y por eso cuando él se asoma por el horizonte, ella corre presurosa y amedrentada a esconderse.

Texto: Mario Isidro Moreno,
Historiador e Investigador Costumbrista
Adaptación literaria: Lorena A. Paredes C., Profesora de lenguaje y Comunicación
Ilustración: Patricio Paretti, Artista Visual, Licenciado en Artes Universidad de Chile

 

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