María Asunción Requena

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La exposición “Chile Actúa Maestros en Escena (1949-1969)”, realizó una itinerancia en la Casa Azul del Arte en Punta Arenas hace unos meses y nos trajo material visual del destacado fotógrafo chileno René Combeau, que revive el llamado tiempo de gloria del teatro chileno a través de 54 imágenes de obras teatrales y personalidades emblemáticas de ese entonces.

 

Recorriendo esas preciosas imágenes, alguien nos dice frente a uno de los retratos -ella es la dramaturga magallánica María Asunción Requena, entre sus obras destacan “Fuerte Bulnes” y “Chiloé, cielos cubiertos”- . Con vergüenza debimos reconocer ante el profesor Jaime Bustamante, autor de esa revelación, que ignorábamos quién era la dramaturga del retrato, autora clave dentro de la generación dramatúrgica de 1950.

El mismo profesor Bustamante nos señaló que María Asunción fue además una de las primeras odontólogas chilenas y que siendo alumna de la Universidad de Chile en julio de 1931, participó en un gran movimiento estudiantil que fue la antesala de la caída del primer gobierno de Ibáñez del Campo. Las noticias del 27 de julio de 1931 en el diario El Magallanes no eran nada buenas: “Estudiantes de Magallanes muertos en Santiago”…. “la señorita María Requena se encuentra gravemente herida en período de agonía” … “varios hijos de la región han caído valientemente en defensa de las libertades públicas y de los derechos ciudadanos, al luto de los hogares magallánicos se asocia toda la ciudad, como una manifestación de repudio al antiguo régimen”. Más adelante se desmentirían esas muertes para alivio de las familias y de la comunidad. Lo que se rescata en este caso es que en ese movimiento estudiantil, al que perteneció María Asunción Requena, aparecían otros importantes protagonistas de nuestra historia nacional como Bernardo Leighton y Eduardo Frei Montalva.

Hija de madre argentina y padre español, nace en Coronel Pringles, centro ferroviario y triguero al norte de Bahía Blanca, Argentina, pero pronto se radicó en Punta Arenas, donde transcurrió su primera infancia.

 

“Alrededor de 1920, la futura escritora comenzó a ir a clases al Liceo de Niñas, siendo su directora Gabriela Mistral. Poco tiempo después doña Teresa Lorenza Aiscorde, su mamá, fue contratada por la Mistral para que ejerciera como profesora de labores. En esos años nada presagiaba que Gabriela Mistral sería nada menos que Premio Nobel de Literatura y María Asunción Requena una dramaturga y escritora famosa. En 1925, los hermanos Requena partieron a España junto a su padre. Su mamá permaneció sola en Punta Arenas durante cinco años” (El Magallanes, domingo 19 de marzo de 1989).

 

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Así como fue pionera en la odontología fue también una de las tres primeras dramaturgas chilenas con Isidora Aguirre y Gabriela Roepke, las que junto a autores como Egon Wolff, Sergio Vodanovic, Alejandro Sieveking y Jorge Díaz, entre otros, constituyen un grupo de dramaturgos que surge en torno al trabajo realizado por los teatros universitarios y que se denomina “generación del cincuenta”.

En 1949 ganó su primer reconocimiento artístico al obtener el Premio de la Municipalidad de Punta Arenas por sus poemas. La mayoría de las obras de esta autora fueron representadas con mucho éxito en su época, aunque con poco reconocimiento posterior. Dentro de estas obras están: “Mr. Jones llega a las ocho” (ganó el Primer Premio de la Dirección del Teatro Nacional en 1952), “Fuerte Bulnes” (ganó el Premio Teatro Experimental en 1953 y Premio de la Crítica y Premio Municipal de Santiago), “Pan Caliente”, (obtuvo mención honrosa en el concurso del Teatro Experimental en 1958), “El camino más largo” (ganó el primer premio de Teatro en los Juegos Literarios de Gabriela Mistral en 1958), “Ayayema”, “Chiloé, cielos cubiertos” (Ganó el premio al XXX aniversario del DETUCH en 1971) y “Homo Chilensis”.

Su dramaturgia está centrada en los sectores sociales marginales y se acerca a mundos poco tratados, como lo son los chilotes o los kawésqar convertidos en los personajes centrales de sus obras. Alude a la despreocupación de todos los gobernantes nacionales frente a estos sectores sociales y la necesidad de incorporar a estos grupos culturales a la vida nacional. Cuestiona así, la identidad y memoria nacional, realiza una crítica a la violencia y a la exclusión social y la denuncia de la pobreza material, afectiva e intelectual que sufren los personajes marginales retratados en sus obras. Otro tema que atraviesa su dramaturgia es la reflexión en torno al género, plasmada en complejos caracteres femeninos que problematizan las expectativas que los personajes masculinos intentan imponerles.

 

“Todas mis obras tienen contenido social. He tratado de relatar en cada una de ellas el esfuerzo de los chilenos en todas las situaciones. También me he preocupado por las injusticias sociales. Trato de realzar los valores. No me gustan las negativas, siempre busco lo bueno en cada cosa. A veces un poco de sátira, pero constructiva” (Declaración “La Nación”, Santiago 29 de julio de 1971, Premio DETUCH por “Chiloé, cielos cubiertos”)

 

M.A Requena

Su constante trabajo social como odontóloga y su tenaz denuncia de las inequidades como dramaturga, le significaron ser catalogada de “marxista” durante el régimen militar, motivo por el cual sufrió el exilio en Francia. Allí falleció, en un inexcusable silencio en 1986, dejando inéditos algunos ensayos y la obra “Oceánica” y “Dulce Patagonia”.

Tuvo tres hijos de su primer matrimonio; de ellos, uno, Rodrigo Córdova Requena, heredó su vocación teatral.

La Revista Ercilla en el número del 3 de mayo de 1989 a propósito de la presentación de la obra “Chiloé, cielos cubiertos” en el Teatro Cariola en la capital, afirma lo siguiente: “María Asunción Requena falleció en Francia a los 71 años (1986). Magallánica hasta los tuétanos, ubicó prácticamente todo su teatro en aquellos lugares”.