La inteligencia sexual componente esencial para ser feliz y disfrutar con tu pareja

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La inteligencia sexual o erótica es una habilidad especial que tienen algunas personas que parte de la premisa de que explorar y disfrutar de la sexualidad es parte vital de toda persona.

Quienes exhiben tal inteligencia entienden que el contacto físico y sensual es parte de las necesidades biológicas emocionales y espirituales, que tienen derecho a disfrutar de las relaciones sexuales y que, por ende, cada uno es responsable de su propio placer.

Estos son parte de los planteamientos que realiza la periodista diplomada en temáticas sexuales, Karen Uribarri (@karenuribarri), en su blog de sexualidad, donde pregunta qué hace que una mujer sea sexualmente feliz, que vea el sexo como un factor saludable para su cuerpo y mente y que su actividad sexual sea satisfactoria para ella y también para su pareja.

“La respuesta a todo eso es “Inteligencia sexual”, tal cual”, afirma Karen.

 

Actividades para fomentar inteligencia sexual

“Hace muchos años unos estudiosos, Sheree Conrad y Michael Milburn, definieron que una persona puede saber si es inteligente sexualmente, “por la forma como vive su sexualidad, si esta experiencia es saludable, agradable y placentera tanto para sí misma, como para su compañero sexual”. Y es así, pues es una habilidad especial que nos permite visualizar la sexualidad como un complemento único en nuestro ciclo vital y que, por lo mismo, requiere del aprendizaje de otras habilidades coadyuvantes.

“Asimismo, una persona con inteligencia emocional y sexual prefiere siempre una relación monógama y con compromiso afectivo, pues relaciona la emocionalidad con el placer”, plantea Karen.

Luego, escribe una lista de actividades que podrían optimizar nuestra inteligencia sexual, según los expertos:

1.- Leer libros y artículos y aprender sobre las características de la sexualidad femenina y masculina.

2.- Vivir la sexualidad como un derecho, pero con la suficiente responsabilidad como para evitar embarazos no deseados.

3.- Saber discriminar cuando alguien se interesa por toda la persona o sólo la utiliza como un objeto sexual.

4.- Evitar prácticas sexuales que causen vergüenza o repulsión sólo por agradar a la pareja. Y consultar prontamente a un especialista, en caso de presentar cualquier disfunción

5.- Es importante cultivar no sólo el atractivo físico, sino otros aspectos que harán a la mujer o al hombre interesante como persona.

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Nutrición sensual

En el blog sobre sexualidad, se recuerda que Al Link y Pala Copeland, en su libro “Sexo en pareja”, afirman que es necesario, para lograr este fin, entender que el placer, el contacto físico y el sexo son necesidades biológicas emocionales y espirituales, es decir, son nutrición sensual.

“Con esto, se refieren a comprender que cada uno es responsable de su propio placer, y no quedarse esperando que otro adivine lo que nos guste o nos entregue (porque es nuestro derecho, por ejemplo) el placer que creemos merecer. Ser consciente de que el contacto no-sexual es tan íntimo como el sexual; entonces, que el sexo no es meramente coital y que el orgasmo no puede ni debe ser su fin último; explotar la creatividad, ya que ésta es un elemento distintivo de la inteligencia erótica. A ser receptivo para tomar y potenciar al otro; buscar fórmulas e instancias para disfrutar de un sexo con calidad, independiente de la edad. Y aceptar que el más placentero combina siempre las técnicas físicas con la conexión emocional y energética”, indica.

Karen concluye que la inteligencia sexual se puede trabajar, pero además necesita de autoestima y fortaleza interior, para entender que el sexo por el sexo no entrega todo lo que uno podría dar y que, por lo demás, inhibe tu inteligencia emocional.