Mujer demostró que la ropa que se usa no influye a la hora de ser acosada en la calle

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– Kati Heng creó una página en Tumblr donde quienes han tenido dicha desagradable experiencia suben las fotos de cómo vestían y así se aprecia que no lucían tenidas “sugerentes”.

 

Recientemente, el diputado Pablo Lorenzini (DC) argumentó sobre las dudas que tienen varios parlamentarios de su partido respecto a legalizar el aborto terapéutico en caso de un embarazo fruto de una violación.

Su frase tristemente célebre fue: “¿Qué es violación? Producto de algo que no quiso. Hay miles de casos de mujeres que tienen relaciones porque, a lo mejor, tomaron un traguito de más o estaban apenadas, o por las circunstancias que pasan en la vida, que el hombre es muy hábil y las convenció y ella no quería. En ese caso, ¿es violación también?”.

Obviamente, debió retractarse ante la lluvia de cuestionamientos, pero lo aberrante de lo dicho es que refleja lo que piensan muchos hombres –y también mujeres– de nuestra sociedad que responsabilizan a la mujer de comportarse o vestirse de tal forma que “incita” a que la violenten o le falten el respeto. En resumen, si algo así les pasa es “porque ellas se lo buscaron”.

Este pensamiento es uno más de los que estigmatizan a las mujeres en este país y avalan todo tipo de violencia contra ellas.

Por ello, es interesante conocer la historia de Kati Heng, quien, cansada de que la “piropeen” en la calle, ideó una página en Tumblr “But what she was wearing?”, para demostrar que dicha práctica, que muchas consideran abusivas, no está relacionada en nada con la forma en que las mujeres se visten.

En su página, las mujeres que han sido víctimas de esta práctica publican fotos en las que aparecen con la tenida que llevaban puesta cuando fueron acosadas.

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“Vestía una polera sin mangas y pantalones de buzo mientras estaba en la lavandería con una amiga y mis dos hijos pequeños. Un hombre entró fumando y comenzó a decirme: ‘Oye nena’ y ‘Te ves tan bien’. Nos sentimos incómodas, así que tomamos a los niños y nos fuimos al auto. El sujeto nos siguió y me preguntaba a gritos a dónde iba”, cuenta en tal página Miranda Etters.

Miranda agradece que existan espacios para relatar este tipo de experiencias porque -dice- “no somos carne y nadie debe hacer que una mujer se sienta como eso”.

La creadora de la página cuenta que, un par de días antes de que la lanzara, fue acosada dos veces en un fin de semana. “La primera vez vestía shorts y una polera suelta, y caminaba con mi novio cuando un tipo le gritó desde su auto: ‘Hey, quiero acostarme con tu novia’. Fue realmente molesto porque yo ya ni siquiera era el objeto del acoso, sino que sólo un objeto para que los hombres compitan”, contó Kati a Buzzfeed.

Su iniciativa ha permitido determinar que las niñas menores de 18 años son las más afectadas por el acoso, cuando regresan a sus hogares tras asistir a clases.

Fotografía a acosadores

También cansada de los improperios y las frases lisonjeras que lanzan los hombres a las mujeres en la calle, Caroline Tompkins dio paso a un proyecto fotográfico que llamó “Hey, Baby”, donde sube a Internet las imágenes de sus acosadores para dejarlos en evidencia.

Observatorio Contra el Acoso Callejero

En noviembre de 2013, cuatro amigas sociólogas de Chile también se aburrieron de esta práctica y crearon el Observatorio Contra el Acoso Callejero (Ocac), con la finalidad de demostrar y denunciar que los piropos y otros comentarios que se lanzan en la calle también son un tipo de violencia de género.

Es una organización sin fines de lucro que tiene su Facebook y que ya ha lanzado campañas como #AcosoEsViolencia, cuya idea principal es que todas las personas merecen vivir el espacio público en igualdad e incentiva a que quienes sufran o presencien estas prácticas, lo denuncien a Carabineros, PDI o la Fiscalía.

 – En Chile, cuatro sociólogas se aburrieron de esta práctica y crearon el Observatorio Contra el Acoso Callejero (Ocac), el que busca remarcar que este hostigamiento “es una forma de violencia de género”.

 

La creadora de la página cuenta que, un par de días antes de que la lanzara, fue acosada dos veces en un fin de semana. “La primera vez vestía shorts y una polera suelta, y caminaba con mi novio cuando un tipo le gritó desde su auto: ‘Hey, quiero acostarme con tu novia’. Fue realmente molesto porque yo ya ni siquiera era el objeto del acoso, sino que sólo un objeto para que los hombres compitan”, contó Kati a Buzzfeed.