Mujeres Con más presencia que nunca en la Fuerza Aérea de Chile

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En la IV Brigada Aérea

representan el 10% de la fuerza, pero, a juicio de sus camaradas, su presencia se nota en cada rincón de la Base Aérea Chabunco. Son pilotos, mecánicos, tripulantes, enfermeras o administrativas.

Las aviadoras militares son cada día más y las puertas están abiertas para ello.

Mañana 21 de marzo, la Fuerza Aérea de Chile cumple 85 años de vida, una de las instituciones más jóvenes de las Fuerzas Armadas, pero, sin duda también, una de las pioneras en incorporar a las mujeres a sus filas en las mismas áreas operacionales y en igualdad de condiciones que sus camaradas de armas.

La historia de nuestro país, aunque ingrata con el género femenino, nos enseña que desde siempre hubo mujeres luchando en las grandes batallas, tal como Javiera Carrera, Paula Jaraquemada o Margot Duhalde; todas ellas mujeres que dejaron legado, historia, tradición y patriotismo.

Las casi mil mujeres que portan con orgullo las alas enarcadas de la institución son herederas de ese legado histórico y llevan el azul aéreo en el corazón.

En Chile, por cada 100 mujeres hay casi 95 hombres, si bien en las fuerzas armadas este número es opuesto, las instituciones de la defensa han sabido adecuarse a los tiempos actuales incorporándolas a labores antes pensadas sólo para hombres.

La Fuerza Aérea de Chile ha marcado pauta y, aunque aún en sus filas representan un bajo porcentaje, las puertas han sido completamente abiertas para su incorporación y realizan labores en todas las áreas de trabajo. “La presencia de ellas se nota, son competentes y profesionales”, señalan sus camaradas.

“Han pasado 15 años desde que ingresamos las primeras mujeres a la FACh y, si bien muchas veces somos vistas como ejemplo, todavía hay gente ajena a la institución, que no cree que podamos desenvolvernos en el mundo aeronáutico de estar a la par con los hombres, pero como en muchas otras profesiones u oficios quienes estamos aquí lo hacemos por vocación, hemos sido seleccionadas e instruidas, nos preparamos igual que los hombres, somos exigentes y podemos hacerlo bien”, señala la Capitán de Bandada (A) Karina Miranda C.

A ello, la Cabo 2º Danae Godoy agrega: “Tenemos labores exigentes y a veces poco delicadas, pero al final del día llegamos al hogar y somos esposas, madres y dueñas de casa, mujeres como cualquier otra que disfrutamos de nuestra profesión”.

“Hemos visto cómo ellas han logrado acoplarse a sus distintas Unidades, han elegido una especialidad que realizan eficientemente, en la que se requiere fuerza, valentía, mucha concentración, preparación y entrenamiento constante. Son aviadoras militares, son excelentes en lo que hacen y estamos felices de tenerlas en nuestras filas, esperando que año a año se sumen muchas más”, señala con orgullo el Comandante en Jefe de la IV Brigada Aérea, General de Brigada Aérea (A) Manuel Sainz Salas.


 

CAPITÁN DE BANDADA (A) 
María José 
Casasempere Gimeno

Piloto de Helicóptero
33 años. Casada, 3 hijos (6, 4 y 2 años)

Egresada con el primer lugar de su promoción es una de las primeras helicopteristas femeninas de la institución.
Actualmente integra la dotación de pilotos del Grupo de Aviación N°6 y se desempeña como Jefa del Grupo Operaciones Base de la IV Brigada Aérea.

“Tal como le ocurre a miles de mujeres en nuestro país, tener familia y trabajar no es fácil y ser piloto no lo hace diferente, salvo por el riesgo normal que implica esta profesión, pero son las dos cosas que más me gustan y ese es el mayor de los premios. Soy afortunada, tengo el mejor escritorio que es volando y la mejor recompensa en casa que es la familia”.

 

CAPITÁN DE BANDADA (A) 
Karina Miranda Cottenie

Piloto de Combate
33 años. Casada, sin hijos

Egresada de la primera promoción de mujeres de la Fuerza Aérea, fue pionera y hoy única mujer que vuela material aéreo de combate supersónico.

Actualmente se desempeña como Jefa del Departamento de Relaciones Públicas de la IV Brigada Aérea, Ayudante del Comandante en Jefe y piloto del Grupo de Aviación N°12 de la Unidad.

“Desde pequeña tuve el sueño de volar y creo que no hay mejor forma de experimentar eso que desde un avión de Combate. Volar un F-5 es el premio al esfuerzo y perseverancia”.

 

 

TENIENTE (A)
Mylene Pauvif Fuentealba

Piloto de Transporte
30 años. Casada, sin hijos

Primera mujer en la FACh en habilitarse en técnicas para la operación en terrenos nevados y hielo. El año 2013 fue elegida como la mujer Pionera de Magallanes y sus entrenamientos han sido constantes en territorio antártico participando en las dos operaciones a Glaciar Unión.

Actualmente integra la dotación de pilotos del Grupo de Aviación N°6 de la IV Brigada Aérea.

“Vengo de una familia de uniformados, mis hermanos mayores lo son y en ellos vi la nobleza de servir al país de un modo distinto a otras profesiones. La entrega a la patria y los valores que ello conlleva me motivó a ingresar a la FACh sumándome a esta familia que es grande y que es de todos”.

 

CABO 2°
Danae Godoy Arias

Mecánico de Sistemas de Aeronaves
23 años. Casada, 1 hijo (1 año 5 meses)

Punta Arenas ha sido su primera casa desde que egresó de la Escuela de Especialidades y desde entonces ha sido parte del Grupo de Mantenimiento de la Unidad.

Allí se desempeña en el taller de equipo aeropersonal, realizando la inspección del material de emergencia como paracaídas y balsas, vitales para la supervivencia de un piloto que ha sufrido una eyección o accidente aéreo.

“En este trabajo se requiere concentración y tenemos sobre nuestros hombros una gran responsabilidad, porque cuando un piloto llega a usar el material que nosotros preparamos o inspeccionamos significa que es la última instancia que tiene de sobrevivir. Finalmente todos nos necesitamos, somos un equipo y me alegra ser parte de ello”.

 

CABO
Silvia Parancán Flores

Tripulante de aeronave DHC-6 Twin Otter
24 años. Soltera, sin hijos

Nacida en la región de Magallanes, siguiendo una tradición familiar ingresa a la Escuela de Especialidades al igual que su abuelo quien fuera Suboficial Mayor.

Dentro de la dotación del Grupo de Aviación N°6 es la primera mujer de la Especialidad de Tripulante Aéreo en habilitarse para vuelos antárticos, abriendo la puerta para otras camaradas que le han seguido los pasos.

“Mi mamá soñaba con ser parte de la Fuerza Aérea en una época en que las mujeres no podían ingresar. Yo de alguna manera cumplí su sueño, seguí los pasos de mi abuelo, conocí esta especialidad y soy feliz cada vez que subo a un avión, especialmente si esto es en la Antártica”.

 

CABO
Gigliana Muñoz Cea

Administradora Financiera
22 años. Soltera, sin hijos

Parte de la gestión de la Fuerza Aérea se sustenta en los procesos financieros de las distintas Unidades, dentro de esta área y constituyéndose en la única mujer de la Brigada, se desempeña desde su egreso de la Escuela de Especialidades.

“No vengo de una familia de tradición militar, sin embargo siempre me llamó la atención. Decidí hacerlo luego de una visita que realizó la Fuerza Aérea al colegio donde estudiaba, decidí ingresar y hoy estoy feliz sin importar el lugar o donde me destinen hago lo que realmente me gusta”.

 

CABO
Judith Herrera Fuentes

Enfermera de Combate
26 años. Casada, sin hijos

Ser enfermera fue siempre la opción al elegir la profesión que desempeñaría a futuro, sin embargo renunció a hospitales por policlínicos, enfermerías de campaña y principalmente el trabajo en terreno.

“Ser enfermera de combate me da la satisfacción de hacer lo que me gusta en el área de la salud que es lo que siempre quise, pero el ingresar a la Fuerza Aérea fue una elección de vida. Desempeñarme aquí y vestir el uniforme te prepara para un trabajo que podría ser bajo mucha presión, te prepara para estar en terreno. Me siento plena y me identifico con lo que hago”.

 

CABO
Luz Díaz Lueiza

Tripulante de Aeronave F-5 Tigre III
22 años. Soltera, sin hijos

Instalada en los hangares del Grupo de Aviación N°12, su principal función es preparar la aeronave para salir a realizar los vuelos de entrenamiento.

“Me gusta el trabajo de mecánico tripulante, soy la encargada de tener en óptimas condiciones el avión para que el piloto salga seguro a realizar su vuelo, de cierto modo soy quien le da el apoyo al piloto para lograr su misión y volar en un avión de combate se transforma en una gratificante y extraordinaria experiencia”.