Un viaje al imperio del té de Inés Bertón

0 Comments

“Yo creo mucho en los mentores. Un buen mentor puede darte una visión y te puede acunar de un modo muy lindo. Cuando la conocí (Fumiko), yo venía con este acelere tan occidental y ella me hacía leer Simone de Beavouir, me hacía hacer la observación del musgo y hoy busco esta fusión”. 

Encontrar a Inés Bertón en su tienda Tealosophy, en galerías Promenade del Hotel Alvear de Buenos Aires, es casi imposible, porque siempre está de viaje o creando blends que recorrerán el mundo entero, que nos llevarán a quienes los hemos probado, a lugares recónditos del mundo sólo bebiendo una taza de té.

Inés es la única mujer que está ubicada entre las once mejores narices olfativas del mundo del té, que posee la particularidad de contar con lo que es llamado un olfato absoluto.

Aquí les comparto parte de nuestra reunión, donde las emociones van de la mano con los sueños de una empresaria cuyo sueño, más allá de lo que ama hacer, es poder compartir su experiencia del Té, para que cada persona encuentre un camino, más allá de la moda.

Locación: L´Orangerie, Alvear Palace. Avda Alvear 1891. Tealosophy by Inés Berton, Local 37 Galerías Promenade. Avda Alvear 1883, Buenos Aires. Fotos: Maru di Rago. Entrevista realizada por Claudia Pérez.

TE 002

– ¿Cómo es que llegaste a ser un imperio, lo pensaste o lo soñaste así? ¿Te lo imaginaste?

– “Fue un día a día, soy muy de presente, vivo muy el presente, suelo vivir el día a día, no suelo proyectar mucho. Soy muy monotask, yo hago una cosa a la vez y trato de poner mucho en focos, trabajo mucho sobre el foco porque eso es muy importante, así puedo disfrutar cada momento”.

 

– La filosofía del ahora…

– “Trabajo mucho en eso,…en el ahora. ¿Qué parte soñé o qué me imagino? Yo siento que, en el tema reflejo, es la fusión de oriente y occidente, uno va encontrando el latido en lo que hace, un latido que tiene que ver con cómo es uno con el ánimo, el humor, la tranquilidad y sentido a las cosas que hace, encontrarle el latido a las cosas, que por ahí en el té encuentro eso, tiene esa parte oriente, esa pausa que disfruto mucho”.

 

– Qué nos falta tanto en Occidente..

– “Poseemos una parte grande de colores, flores y sabores de todo ese universo olfativo y creativo que es tan propio de occidente. Creo que la fusión es lo que funciona. Ni muy de un lado ni muy del otro”.

 

– ¿Tuvo mucho que ver en esta elección Fumiko, que entiendo fue tu mentora en esta ruta del Té?

– “Todo. Yo creo mucho en los mentores. Un buen mentor puede darte una visión y te puede acunar de un modo muy lindo. Cuando la conocí, yo venía con este acelere tan occidental y ella me hacía leer Simone de Beavouir, me hacía hacer la observación del musgo y hoy busco esta fusión. Después de leer el Zen en el Tiro al Arco y Flecha que fue un libro que me marcó muchísimo y que habla sobre soltar, que no es lo mismo que el dejar ir y habla sobre el no ego, el no miedo, poder dejar el ego de lado, saber rodearse, encontrar como el lugar y eso es lo que me enseñó: mirar distintas perspectivas, que uno realmente puede hacer algo pero mirarlo de distintos lados y que todo va sumando, aprender a respirar, aprender a disfrutar una poesía, a elegir que leer, a trabajar con la memoria olfativa”.

 

– ¿La mentora te elige o la eliges?

– “A veces, uno no lo controla el momento en que aparece y llega cuando tiene que llegar. Ayer alguien me dijo algo que me encantó: ‘que uno atrae lo que uno vibra’, si uno atrae buena onda y me pasó, cuando las personas llegan en un momento preciso es porque estás vibrando en definitiva. Con Fumiko fue gracioso, porque yo nunca pensé en dedicarme al té, yo trabajaba en un museo en el Soho y en la parte de abajo había una casa de té divina, siempre iba y pedía yo quiero esto, con esto y esto y luego todas las personas que hacían la fila decían yo quiero lo mismo y ahí me ofrecieron quedarme ahí trabajando y ya estuve en todas.

“Y ya el primer día quería estar haciendo un té, pero pasaron meses hasta que me dejó preparar el primer té, pero en realidad lo que me enseñaba Fumiko era a fluir, a cómo hacer la ceremonia del Té. A hacerla contrariamente a las agujas del reloj para que tenga su propio tiempo, o sea, ella me fue enseñando más: la mirada, porque lo que uno hace en la vida es poner una mirada”.

TE 003

– ¿Tu relación con el olfato absoluto hace la diferenciación a la hora de elegir una profesión como ésta? ¿Qué es lo bueno y lo malo de eso?

– “En el Encuentro de Mujeres Libres, realizado en Buenos Aires, me preguntaban cómo es ser mujer. Y yo digo, nunca fui hombre, o sea, llevado a esto yo nací así. Es mi manera, no conozco lo otro. Y trato de llevar todo con la mayor gracia posible.

“Ahora sí, en un principio me molestaban mucho los olores, el olor de los productos de limpieza cuando limpian los muebles, todavía hoy me vuelvo loca con eso.

“Por otra parte, adoro los rosales y en mi casa poder reconocer todas mis rosas o hacer una cata a ciegas y poder decir esta es una Charles Aznavour o es una Lady Emma Hamilton, es algo fantástico. Trabajar con la memoria olfativa es lindísimo. Es más lo que gano que lo que pierdo. Yo creo que en definitiva fue buenísimo poder ver algo que en una dificultad, poder aprovecharla”.

 

– Cuando blendeas, ¿en qué poner el foco: en la persona para la cual estás pensando, en los ingredientes, en el maridaje?

– “Para mí, hay una parte que es como innegociable, para hacer un té honesto, hacen falta ingredientes honestos. Si no llegamos a eso, no lo hago. De hecho me vienen a buscar mucho para hacer marcas privadas, yo hago Inti Zen y hago Chamana, que se exportan a 20 países. Muchas veces vienen empresarios que te piden crear marcas privadas. Y si la marca no nace con ingredientes honestos, no lo hago.

“Para poder crear un blend necesito que los ingredientes tengan denominación de origen. Creo que las mandarinas de Calabria en Italia son fantásticas, que las especias de Birmania es mi lugar preferido, acabo de comprar unos capullos de rosas amarillas en Irán, los frutos rojos de la Patagonia, las verbenas del sur de Francia, las vainillas de Madagascar, cada ingrediente tiene un lugar y en esa parte junto a la manipulación: cómo se seca, cómo fue cosechado, si fue al amanecer o al sol, que no fue envasado con humedad, que no haya contaminación de olores, que las hojas de verbena no las enfarden para que no se quiebren, reconozco que estoy en todos los detalles, en cuanto a los ingredientes y armé un equipo igual de obsesivo, o que somos muy fanáticos, parecido, cosa que no haya esa discusión de ‘bueno Inés, baja el costo’… todos estamos alineados en que del producto no se habla es siempre la búsqueda exhaustiva por cada ingrediente por meternos mucho en cómo se cosecha cada ingrediente.

“Y, a partir de ahí, me inspiro. Yo trato de vivir en estado esponja, en estado de inspiración, me inspira mucho la música, los jardines.

“Este año fui a recorrer los jardines de Jane Austen, en Inglaterra, para inspirarme, el año pasado hice Holanda y Normandía recorriendo jardines maravillosos, leer es algo que me gusta, la música y el Ballet que es una pasión absoluta. Tener ese espacio para poder estar en estado inspirado. Después depende si estoy diseñando para mí o si estoy diseñando para alguien, si estoy diseñando para mí, para Tealosophy soy muy libre, extremadamente libre, a veces soy brava, me permito diseñar lo que me gusta, ayer estaba, pensaba en el lemongrass con jengibre y unas flores de manzanilla, ideal para hacerlo frío y quiero pensar en una base de té negro y un poquito de cacao de Venezuela y unas naranjitas tostadas en un té verde del sur de Shangai con un ananá caramelizado y maracuyá, y voy pensando y escribiendo aromáticamente”.

TE 004

– Hoy en día se ve mucho en Argentina muchas vertientes de escuelas de té y hasta sommelieres de té que hacen clases. ¿Qué opinión te merece?

– A mí, lo que me parece importante es diferenciar. A mí me piden un montón de veces clases y catas, una cosa hacer una cata de té, yo hago catas a muchísimas marcas, yo puedo compartir el disfrute de una taza de té con otra persona pero lo que no me gusta es cuando se piensa que van a salir creyendo que van a poder crear un blend de té porque van a estudiar 5 meses en una escuela, porque es imposible, porque hay que saber mucho de muchas cosas. No se estudia un libro, hay que estar y conocer. Entonces a mí me parece todo bien, que sean sommelieres, que puedan salir y eso me parece fantástico, poder armar una carta de tés, acorde a un hotel, un restaurant, que puedan disfrutarlo me parece perfecto, pero lo que no me gusta es cuando salen creyendo que van a poder hacer un blend, crear un blend, porque no lo veo, me parece que el walk the walk, “el caminar el camino” no es menor, es primordial. Me da pena porque veo gente muy amorosa que sale de las escuelas muy ilusionada y claro, pero tienen que entender que hay que aprender un montón de cosas. Dudo que un libro o que una maestra en una escuela cerrada te pueda enseñar a hacer un blend. Y la humildad también es una forma de enfrentar lo que vas a enseñar, a eso me refiero cuando hablo de que hay un espíritu o una forma de vida”.

 

– ¿Y el amor?

– “Recalculando… es difícil”.

 

– ¿Cómo influye la familia, cómo apoya y acompaña en este camino?

– “Tengo mucha suerte, porque adoro lo que hago, adoro a mi equipo, somos todos muy amigos. Y el amor para mí es prioridad uno, en todo, uno inhala y exhala amor, no hay nada adelante de eso. Nada. Ha sido un año difícil, me acabo de separar hace poquito, hace menos de un año y la verdad fue un año muy difícil, por supuesto es una tristeza profunda pero tengo la suerte de tener una súper linda relación y creo que cuando uno se casó con alguien que tiene muy buen corazón, fue muy lindo, fue un viaje hermoso y siento que al revés de lo que uno puede pensar, me dejó muchas ganas de volver a enamorarme, ¡porque me gustó!”.

 

– ¿Qué se viene ahora?

– “Yo creo que, a veces, los golpes en la vida son buenos, porque uno aprende, te obligan a parar y reconectar. Tealosophy nació hace muchos años, hace 14 años en un momento difícil y fue en esos momentos donde, los que somos emprendedores siempre sentimos que no es una elección, no podemos no emprender, uno no puede no emprender, es el get feeling, esa parte de la entraña que dice: ‘yo quiero hacer esto y sueño con esto y lo voy a hacer’.

“Este año, con esto que ha sido un golpe, por supuesto, a mí al revés, fue como que me llenó de amor, pude parar y decir ahora cual es el paso que sigue y el paso que sigue más que nunca creo que Tealosophy es mucho más que una marca de té hoy, es un estilo de vida.

TE 005

“Y estamos con muchas cosas, eso de poder estar en un año creativo y no sólo en cuanto a crear blends y crear un montón, sino también creando una parte de life style que para nosotros es muy importante que al final del día el poder personal, uno va perdiendo tanto de uno, se va desdibujando a veces tanto, poder disfrutarse uno mismo, entonces volvemos a pensar en nuestras almohaditas de yoga que son lindísimas, volvemos a pensar en una vela linda de Tealosophy y en un montón de cosas que nos permiten disfrutar pequeños lujos posibles. Yo creo mucho en el disfrute, para mí leer el diario en la mañana, en que el diario esté crocante, me parece como este lujito, eso que me parece que es como tomar el té en una linda taza finita, es tanto más rico como comer el ala del pollo con la mano que con cuchillo y tenedor, ¿viste? Es como regalarse el lujo de la vida.

“Y este año disfruté mucho en eso y me apoyé mucho en eso y ahora siento que lo necesito compartir.

¿Cómo sonríes? “No es fácil, por supuesto, aparte yo creo que las cosas en la vida te van enseñando y uno tiene que en algún momento soltar y confiar y yo este año estoy muy sensible, totalmente conmovida con el apoyo que sentí, la gente es tan amorosa, gente que yo ni conozco tanto, alguien que te deja una notita, ¿viste?: ‘me gustó verte sonreír el otro día’, qué difícil es porque ambos somos personas un poco públicas: Rodrigo es un cocinero (Chef) bastante conocido, sale en la tele, viaja prácticamente por todo el mundo y mucha gente nos conoce en conjunto y vernos separados… a la gente les ha costado vernos separados, a ratos siento que a la gente le ha costado más que a nosotros. Y es lindo sentir tanto cariño por los dos,….creo que a veces en este mundo hay que tirar buena onda”.

 

– ¿Qué le dirías a la gente que ve el Té como moda?

– “Que es un ritual milenario, que uno ve el té como lenguaje, es el segundo producto de mayor consumo en el mundo después del agua y nosotros, por lo menos en Tealosophy, en 14 años pasamos a ser un clásico y eso es lo que nos enorgullece, realmente no inventamos nada, tratamos de hacer algo lindo, con mucho corazón, cuidando cada ingrediente y haciéndolo con caricia, con vocación de servicio y desde la humildad y desde el amor, entonces todo, para mí, es compartir un sueño, en definitiva”.