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Como relata el historiador Mateo Martinic en su libro “Mujeres Magallánicas” Sara Braun fue una de las pocas mujeres, sino la única, de gran excepcionalidad en su gestión empresarial, en una época en que el medio social apenas toleraba la intervención femenina en el ámbito de los negocios. Sin embargo con un temperamento firme y correcto a la vez, sumado a su gran generosidad hicieron de Sara Braun una personalidad doblemente protagonista en la historia de Magallanes.

 

Nació en Talsen, en 1862, en la Región de Kurlandia (actual Letonia) perteneciente al Imperio Ruso. Hija de un matrimonio judío, de cultura alemana, Elías Braun y Sofía Hamburger. Como la mayoría de los inmigrantes que llegaron a la región a mediados del siglo XIX su familia era muy pobre y había decidido venir a América en busca de nuevas condiciones de vida. En 1872 arribaron al Puerto de Buenos Aires y debido a una epidemia de fiebre amarilla reemigraron a Uruguay. Elías por circunstancias del destino se relacionó con el Ministro de Chile Guillermo Blest, quien le contó sobre las ventajas que el Gobierno daba a los inmigrantes que decidían radicarse en la Colonia de Magallanes. Así que la familia decidió en 1874 emigrar a esta región.

Gracias a los beneficios del gobierno Elias Braun pudo construir su casa e ir relacionándose con distintas personalidades con las cuales entabló amistad de inmediato y generó fructuosos negocios. Uno de ellos fue el acaudalado José Nogueira con quien construyó la sociedad Braun Nogueira.

Con el correr de los años José Nogueira le propuso casamiento a Sara, con la condición de que ella hiciera su conversión a la fe católica, así es que el 24 de junio de 1887 concretaron sus nupcias.

Sara participó activamente de los negocios de su marido, aconsejándolo y aportando su visión. Sólo seis años después de su matrimonio, en el año 1893 cuando José Nogueira tenía tan sólo 48 años de vida, se enfermó de tuberculosis y falleció, dejándole toda su herencia a su esposa.

Sara siendo muy joven quedó viuda y a cargo de una importante fortuna, con la ayuda permanente de sus hermanos Mauricio y Oscar, fue asumiendo el manejo de todos los negocios. Convirtiéndose en la primera empresaria de la historia de Magallanes.

A comienzos del siglo XX, se formó la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial “Sara Braun” adquiriendo a través de remates fiscales la valiosa propiedad de “Peckett Harbour”, más la apertura de una casa de comercio de importación de ramos generales, del armado de naves y algunos importantes intereses y participaciones industriales, todos negocios de los cuales Sara era la propietaria.

Además se creó la Sociedad Anónima de Estancias Sara Braun, cuya presidencia asumió de manera hábil e inteligente.

Pero a medida que su fortuna iba creciendo, también su pasión por la filantropía. Con una actitud reservada realizó frecuentes y generosas donaciones hacia instituciones como la Sociedad de Dolores, La Gota de Leche, la Liga de Damas Católicas, la Cruz Roja y el Asilo de Huérfanos, entre otros. Todas instituciones de Punta Arenas con sus extensiones en Viña del Mar (donde ella además tenía su residencia) y Valparaíso.

Así el Gobierno de Chile, en el año 1936 a través del Ministerio de Educación Pública, dispuso que el Liceo de Niñas de Punta Arenas llevara su nombre, como ya ocurría desde 1919 con la escuela profesional anexa al Colegio “María Auxiliadora”, formada a sus expensas. En 1945 la Municipalidad de Punta Arenas le rindió homenaje especial declarándola “Benefactora Pública”.

Luego de una vida próspera y generosa Sara Braun falleció en Viña del Mar en 1955 a los 92 años.