Una vida en etapas ( I parte)

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Tal y como sucede con la apariencia física, el comportamiento de un perro varía a lo largo de la vida.

Las primeras etapas, cuando nuestro perro aún no supera el año de edad, son las más importantes desde el punto de vista educativo.

Período prenatal : Mientras el cachorro aún está en el útero materno. Está comprobado que aquellas perras que reciben más caricias y cuidados durante la gestación dan lugar a cachorros más dóciles y con comportamiento más equilibrado.

Período neonatal: (del nacimiento a los 12 días). En este período se desarrollan los sentidos del olfato, gusto y tacto, así como la capacidad de sentir dolor. Dormir y mamar  son las únicas actividades que desarrolla el cachorro.

Período de transición: (12 a 21 días). Desde la apertura de los ojos y de los canales auditivos, por lo que comienza la interacción del cachorro con su madre. La capacidad para orinar y defecar empieza a ser controlada.

Período de socialización: (21 días a 12 semanas). Es en este momento cuando el cachorro descubre realmente el entorno que lo rodea. Aprende a reconocer la especie a la cual pertenece y a identificarnos como una  “especie amiga”. A la 3ª y 4ª semanas se inicia el destete, el cachorro orina y defeca a voluntad, por lo tanto en este período es donde el cachorro debe aprender a hacer sus necesidades en un lugar concreto. Este es el período de mayor importancia de aprendizaje social del cachorro  y  puede compararse en muchos aspectos al que experimenta un niño a lo largo de los  seis primeros años de vida.

Período juvenil: (12 semanas  hasta la pubertad). Las capacidades adquiridas de socialización continúan desarrollándose. Muestra curiosidad casi irrefrenable por todo lo que lo rodea, esto sumado al cambio dental, explica en parte los “destrozos” que pueden cometer a esta edad. La conducta exploratoria y la de juego dominan esta etapa. El temperamento a esta edad es muy exitable y la capacidad para concentrarse en una determinada tarea es aún limitada.

Continuará…