Bienestar y seguridad en los espacios educativos

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“Los espacios educativos confortables y con las condiciones de seguridad adecuadas propician y fortalecen los aprendizajes y desarrollo de los niños y niñas, por esto son considerados una variable importante dentro del concepto de calidad educativa”.

La educación parvularia de calidad es un derecho, una herramienta de transformación social y un espacio donde niños, niñas y adultos se encuentran y participan juntos en la construcción de una sociedad más inclusiva, que ofrece igualdad de oportunidades. Esta educación debe tener su foco en el desarrollo pleno de los niños y niñas, y en el aprendizaje oportuno y pertinente.

Este concepto de calidad, construido de manera participativa por Fundación Integra, abarca diversos atributos que en su conjunto aportan a la calidad: ambientes educativos enriquecidos y confortables, equipos educativos comprometidos y competentes, alianza con familias y comunidad, y un sistema de gestión coherente con todo lo anterior.

Dentro de los ambientes educativos se consideran tanto los aspectos humanos (interacciones) como la organización y condiciones de los espacios físicos donde se desarrollan las experiencias de aprendizaje con los niños y las niñas. “Es muy importante que los jardines infantiles y salas cuna cuenten con las condiciones físicas adecuadas tanto para desarrollar las distintas experiencias educativas en un contexto de comodidad como para resguardar la seguridad de los niños y niñas”, afirma el jefe del departamento de Operaciones de Fundación Integra, Jorge Mancilla Rojas.

Existen ciertas condiciones básicas de infraestructura en los jardines infantiles que se deben considerar: las instalaciones y las distintas dependencias del establecimiento, así como las características de los espacios interiores y exteriores, deben garantizar que las actividades se lleven a cabo en condiciones de bienestar y seguridad.

“Hay factores que muchas veces no consideramos a la hora de elegir un jardín infantil o sala cuna para nuestros hijos, pero que son fundamentales para generar un ambiente propicio para la educación”, expresa el profesional de Integra.  Contar con una adecuada luminosidad, ventilación y una temperatura debidamente regulada en las salas de actividades y baños, principalmente, son algunos de estos factores.

“En nuestra región es muy común utilizar calefactores a gas, los cuales deben estar debidamente protegidos para que los niños y niñas no corran el riesgo de tocarlos directamente durante los juegos y experiencias que se puedan desarrollar cerca de ellos”, afirma el jefe de Operaciones.

Otro punto a considerar es el tamaño de los espacios en que los niños y niñas se desenvuelven, los cuales deben ser lo suficientemente amplios para el adecuado desarrollo de las distintas actividades durante la jornada. “En el caso de las actividades exteriores, se debe inspeccionar el lugar previo a su desarrollo, de tal manera de asegurarse que no existan elementos que puedan ocasionar accidentes a los niños y niñas como, por ejemplo, restos de madera y clavos, entre otros”.

El equipamiento y material didáctico también forman parte de los espacios educativos.  “Mesas, sillas, repisas, juguetes, lápices y otros elementos se deben encontrar en buen estado para evitar accidentes”, plantea Jorge Mancilla, especificando que, por ejemplo, mesas y sillas deben contar con las puntas redondeadas y las repisas estar fijadas adecuadamente en la pared.

 

Aspectos importantes en los espacios físicos de los jardines infantiles que se deben considerar:

– Las salas de actividades deben ofrecer una adecuada protección a las condiciones climáticas y sus instalaciones deben estar en buen estado.

– Todas las puertas deben abrir hacia afuera (en el sentido de la evacuación) y encontrarse despejadas.

– Tanto puertas como ventanas deben disponer de un sistema de sujeción que impida que se cierren violentamente.

– Los pisos deben permitir una fácil limpieza, por lo que no deben estar alfombrados.

– Deben contar con servicios higiénicos separados para los niños/as y adultos, en cantidad y características de acuerdo a la normativa vigente.

– Los pasillos y vías de evacuación deben ser cubiertos y permanecer despejados para permitir el tránsito de las personas en forma expedita, sobre todo, para casos de emergencias.

– Si el sistema de calefacción es mediante calentador a gas, debe contar con reja protectora y funcionar en ambientes ventilados.

– Enchufes y extintores de incendio deben estar instalados a 1,3 metros del nivel del piso en todas las áreas donde circulan niños.

– Recintos deben contar con toda la señalética correspondiente para facilitar la evacuación en caso de emergencia, en lugares adecuados.