Editorial: Los objetivos de la educación

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Mientras en el país se habla de reformas, entre ellas de la educación, vale la pena realizar algunas reflexiones sobre la enseñanza, como elemento esencial para el desarrollo integral del ser humano.

El sistema chileno tiende a escolarizar a los párvulos, restringiendo el juego como proceso natural de adquirir conocimientos y desarrollar habilidades en todos los ámbitos. Esto lleva a tener niños, desde sus primeros años de vida, que son forzados a evitar el movimiento y a repetir sílabas y sus primeros grafemas, porque a alguien se le ocurrió que tienen que salir del prekinder sabiendo leer y escribir, cuando en sociedades avanzadas, como la finlandesa, el proceso de lectoescritura se inicia recién a los siete años.

En la mayoría de los colegios municipalizados y subvencionados, el acento es formar jóvenes obedientes y disciplinados, vía ejercer muchísimas restricciones y sanciones, como dejar a los niños media hora parados sin salir de la sala porque no llevaron firmada una comunicación.

Pero, en colegios de élite, no se restringe, sino que se pone mucho énfasis en estimular la creatividad, el movimiento y la inventiva de cada niño y joven, brindándoles la mayor cantidad de posibilidades para ello, como, incluso, salir constantemente de giras para representar a sus establecimientos y para que tengan experiencias enriquecedoras.

Lamentablemente, esto se resume en que el sistema escolar está al servicio de las leyes del mercado, pues forma grandes masas para que aprendan a obedecer y trabajar, mientras que sólo a un pequeño puñado de jóvenes se les ejercita para ser creativos y líderes.

 

 

Elia Simeone R.